Ontinyent es una pequeña ciudad industrial, amable y acogedora, que cuenta con una intensa vida cultural como capital de la comarca de la Vall d’Albaida, a orillas del río Clariano.
Y como ciudad valenciana, qué decir de su gastronomía, sus arroces y su embutido son muy reconocidos. Por no hablar de su amplio calendario festivo, donde sus Desfiles de Moros y Cristianos en honor al Santísimo Cristo de la Agonía están declarados como Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Son muchos los atractivos que la ciudad ofrece, entre los que destacamos los siguientes en una escapada de fin de semana por la comarca.
El barri de La Vila.
El núcleo más antiguo de la ciudad lo constituye el barri de La Vila, ciudadela declarada Conjunto Histórico-Artístico en los años setenta del siglo XX.
El encanto de este histórico barrio, uno de los conjuntos medievales mejor conservados de la Comunitat Valenciana, lo justifica el entramado de sus callejuelas, escalinatas y ‘atzucacs’, o pequeños callejones sin salida de origen árabe.
Los orígenes de la ciudad datan del siglo XI, con la fundación de «hins Untinyan» como fortaleza musulmana en la zona más alta de la villa.
Fue conquistada en 1245 por el rey Jaime I convirtiéndose en Villa Real con representación y voto en las Cortes del Antiguo Reino de Valencia. A finales del siglo XVI, Ontinyent llegó a ser la cuarta ciudad más importante del Reino de Valencia gracias a su fuerte industria textil.
Para profundizar en la historia de Ontinyent no dejéis de visitar el Museo Arqueológico «MAOVA», situado en el antiguo edificio del almudí adosado a la muralla medieval.
Nosotros accedimos a este encantador barrio desde la otra orilla del Clariano, el barrio de San Rafael, cruzando el Puente de Santa María, desde el que se ofrece una de las mejores panorámicas de La Vila. Junto al puente se ubica el Convento de las Monjas Carmelitas (s. XVI-XVIII).
Una vez cruzado el puente accedemos por el portal de Sant Roc o por la subida del Fossaret, cuesta arriba.
La Calle de Mayor de trazado medieval es el eje principal del barrio más histórico de la ciudad, antiguo camino que llevaba a Albaida y Gandía. En realidad, la calle se compone de dos calles: Maians y Gomis, en las que puedes recrearte viendo las fachadas de casas nobiliarias de los siglos XVIII y XIX.
En esta céntrica calle se encuentra el Palacio de los Puig o Velázquez (s. XVII-XIX), sede del Archivo Municipal de Ontinyent, así como la Casa de los Cerdà del s. XVIII.
El Palacio de la Vila.
Uno de los edificios más emblemáticos de Ontinyent construido sobre el río Clariano en el extremo noroeste del recinto medieval de la Vila es el conocido como Palau de la Vila o de la Duquesa de Almodóvar.
Este conjunto monumental, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1974, debió ser un antiguo alcázar en época andalusí para convertirse tras la conquista feudal en residencia real primero y posteriormente en palacio nobiliario.
En su interior encontramos oficinas administrativas y la Oficina de Turismo donde os atenderán muy bien. En la parte más baja a la que podemos acceder en ascensor se ubica el criptopórtico en el que se exponen dos históricas campanas: la campana «Petra», fabricada en 1881 cuyo peso es de 1.500 kilos y «Santa Águeda» bendecida en 1841 con un peso de unos 500 kilos.
El criptopórtico es una especie de pórtico enterrado que sirve como contrafuerte a las edificaciones superiores a base de bóvedas y grandes arcos de medio punto construidos en ladrillo y mazonería.
El Museu de Gegants i Cabets.
Uno de los museos que más nos gustó es el Museu de Gegants i Cabets, de gigantes y cabezudos, en una de las salas expositivas del Palau de La Vila.
Las figuras aquí expuestas, a buen seguro harán las delicias de grandes y pequeños por sus curiosos trajes. Salen a las calles durante las fiestas del Corpus en el mes de junio y de La Purísima Concepción en diciembre.
Las figuras de gigantes expuestas representan las diferentes culturas que convivieron en el barri de la Vila en el medievo, los árabes, judíos y cristianos. Miden unos 4 metros de altura y pesan entre 40 y 50 kilos.
Los cabezudos, más pequeños, son ocho figuras que representan personajes populares inspirados en diversas historias del cine y de la tradición popular de muchas localidades valencianas. El Rey y Popeye, el Tinyós y el Negre, el Tricorni y el Gros, el Barret Verd, Dues Puntes y Manduca, etc.
Dos de las figuras de mayor valor histórico aquí expuestas son la Tartuga y el Águila. La Tartuga que data del siglo XVI es una mezcla de tortuga, león, dragón que cuando sale en procesión lanza humo blanco y caramelos. Como anécdota es la encargada de recoger los chupetes de los niños que ya no van a utilizar.
El Águila coronada, por su parte, representa el símbolo del poder municipal del pueblo de Ontinyent.
La Iglesia de Santa María y su campanario.
La edificación original de la Iglesia de Santa María se hizo sobre la antigua mezquita musulmana entre los siglos XIV y XVI. Destaca su puerta principal que data del año 1930 y es una de las más bellas del primer Renacimiento valenciano.
De su interior cabe destacar la tabla de la Anunciación (s.XV), un retablo de José Segrelles, obras de Ribalta y algunas esculturas de Mariano Benlliure.
Adosada a la iglesia se encuentra la Capilla de la Purísima (1662-1692), donde se venera a la Patrona de la ciudad.
Sin duda, el elemento más icónico de este templo es su imponente Campanario que con sus 71,61 metros de altura es el más alto de la Comunidad Valenciana y uno de los más altos de España. Ostenta además, el récord de ser el que mayor número de campanas tiene, con 13 campanas y una matraca.
Cuenta con la campana más antigua de la comarca de la Vall d’Albaida, la campana del reloj o de «Rauxa i Foc» que data de 1563 y que si bien no es la más grande si es la que suena más grave.
Este esbelto campanario ha sufrido sus vicisitudes a lo largo de la historia. Pocos años después de su construcción un terremoto en 1748 obligó a una profunda reparación. En 1859 sufrió la descarga de un rayo, y tras las obras de reconstrucción se le añadió la balconada octogonal de forja, que es tal y como la conocemos en la actualidad.
Se puede subir al campanario los domingos por la mañana con una visita guiada por los miembros de la Colla de Campaners.
Los Refugios antiaéreos.
Por fortuna Ontinyent no fue bombardeada durante la Guerra Civil pero si se construyeron varios refugios por si acaso. Dos de ellos están puestos en valor el Refugi «El Regall» y el Refugio de la antigua fabrica de Tortosa y Delgado.
Merece la pena una visita a estos lugares en los que a través de carteles propagandísticos y un audiovisual se explica la construcción y utilidad de estos refugios. una capacidad de 300 personas – se puede vivir un simulacro de aviso de bomba. Es muy impactante el simulacro de bombardeo al que se asiste con el sonido de los aviones, la iluminación, los gritos de la gente, etc.
La Plaça Major y su entorno.
La Plaça Major de Ontinyent es el epicentro de la ciudad a nivel cultural y comercial. Concentra una parte significativa de los edificios históricos más relevantes de la ciudad.
La Casa del Consell o Antiguo Ayuntamiento, también denominada la Sala, data del siglo XVI. En la parte de poniente se encuentra eI antiguo Almudín, reconvertido en prisiones posteriormente. A finales del siglo XVI, se añadió a esta parte, la lonja del Mostassaf.
En agosto se instala delante el monumental castillo de madera, escenario de las Embajadas de las fiestas de Moros y Cristianos.
Enfrente se ubica el Palacio de los Condes de Torrefiel, edificio de los siglos XV-XVIII. Sirve de sede actual del Ayuntamiento. En su interior hay una magnífica puerta de piedra picada gótica que data de principios del siglo XVI, idéntica a la de la sala dorada del Palau de la Generalitat de Valencia, y una escalera también de piedra picada y de idéntica cronología, las bases de los pilares representan diversas figuras en actitudes grotescas.
Un poco más adelante, en el carrer Maians, se alza otra casa palaciega relevante, el Palacio de los Barones de Santa Bárbara, actual Casa de Cultura, que data del año 1750.
El Museu del Tèxtil Valencià.
Situado en la antigua fábrica de Manuel Revert, encontraremos el Museu del Tèxtil de la Comunitat Valenciana. Cuenta con más de 70 piezas expuestas que datan desde el siglo XVIII a nuestros días. El museo se divide en tres partes: los instrumentos que forman parte del proceso de la producción, la elaboración donde están expuestos los telares y los tejidos que muestran los resultados de la fabricación.
Son visibles desde varios puntos de la ciudad antiguas chimeneas de ladrillo de principios del siglo XX. Hoy en día, las fábricas de textil, papel, alcohol y cerámica, ya no están en funcionamiento. Existe una ruta a pie de unos 3 km para recorrer estos vestigios del patrimonio industrial de Ontinyent, la Ruta de las Chimeneas, de las que quedan en pie una docena de las más de veinte que habían antaño.
El Pont Vell d´Ontinyent.
El Pont Vell es el más antiguo de la ciudad uniendo dos barrios. Constituye la antigua entrada a la ciudad y está compuesto por dos arcadas y sillería de piedra.
El río Clariano a su paso por la ciudad de Ontinyent es atravesado por cinco puentes. El puente de la Costa, el del Salt del Bou, el de Santa María, el Pont Vell y el Pont Nou.
El Paraje natural del Pou Clar.
El Pou Clar es el paraje fluvial más importante de este municipio de la Vall d´Albaida declarado en 2007 como Paraje Natural Municipal.
Alberga a lo largo de su recorrido importantes valores naturales y paisajísticos. Se puede llegar al paraje desde el mismo centro urbano, bordeando el barrio medieval de la Vila, siguiendo el transcurso del río Clariano.
El río Clariano nace allí mismo y en sus primeros metros configura un seguido de pozos excavados por el agua sobre roca calcárea conformando un paisaje bien singular de formas redondeadas y de tranquilas láminas de agua de color azul turquesa.
La fuerte vinculación de este paraje con los lugareños ha hecho que cada pozo tenga un nombre, de arriba a abajo se llaman “Pou dels Esclaus”, ”Pou Clar”, “Pou Gelat”, “Pou de la Reixa”, “Pou Fosc” y “Pou dels Cavalls”.
Para acceder en temporada alta, meses de julio y agosto, necesitas hacer una reserva en la pàgina del Pou Clar.
Pueblos alrededor de Ontinyent.
La comarca de la Vall d’Albaida, integrada por 34 municipios y situada en el sur de la provincia de València es una joya de interior que alberga numerosos atractivos culturales y naturales.
Esta comarca está rodeada por la sierra de la Mariola, la sierra Gorda, la sierra de Agullent, la sierra del Benicadell y la sierra del Buscarró y bañada por los ríos Clariano y Albaida. Un variado entorno natural que supone un gran aliciente medioambiental para desconectar de la ciudad.
Estos son solo algunos de los municipios que hemos visitado y que nos resultan muy interesantes.
Albaida.
Albaida es un referente de la comarca tanto por su vertiente histórica y patrimonial como por la económica e industrial.
Entre sus monumentos destaca el Palacio de los Milà y Aragó, edificio del siglo XIII, símbolo del
antiguo poder feudal de esta población.
También es visita obligatoria el el Museo Internacional de Títeres de Albaida.
Bocairent.
El barrio medieval de Bocairent fue declarado conjunto histórico-artístico en el año 1975. Este casco antiguo tiene una forma muy peculiar formado por casas apiñadas que cuelgan sobre un barranco, a imagen y semejanza de las famosas “Casas Colgadas” de Cuenca.
Otro de los atractivos turísticos de Bocairent son les Covetes dels Moros, conjunto monumental declarado Monumento nacional en el año 1932 por su valor histórico. Se trata de un conjunto de “ventanas” perforadas en la montaña que datan de la época islámica, diez siglos atrás.
Carrícola.
El cartel que preside la entrada del pueblo te indica que estás a punto de entrar al pueblo que enciende la llama de la comarca, el pueblo que es ‘la chispa de la Vall’.
Con apenas un centenar de habitantes, Carrícola remonta sus orígenes en una antigua alquería musulmana que el rey Jaime I cedió junto con la torre del Castellet, hoy en el término de Palomar, a Berenguela Alonso en 1270. A Carrícola se la conoce como ejemplo de Buenas Prácticas en agricultura ecológica.