Todo urbanita o residente en una gran área de población debería dejarse caer ocasionalmente por algunos de los pueblos que conforman la conocida como España vaciada. Y es que son muchos los beneficios que nos proporcionan una estancia en algunos de estos espacios, aunque sea breve, y no solo para nosotros sino también para el municipio en cuestión.
En primer lugar nuestra mente agradece las salidas ocasionales al medio rural por la oportunidad que nos brinda de desconectar de los quehaceres y de la rutina diaria.
Además practicar el conocido como turismo slow nos ayuda a reducir el estrés y a disfrutar de los pequeños detalles que la vida nos ofrece.
También nuestra salud se beneficia con este tipo de salidas gracias a la adquisición de productos de proximidad elaborados por agricultores, granjeros o apicultores de la zona.
Del mismo modo mediante el turismo rural contribuimos a mejorar la calidad de vida de los habitantes de estas regiones y a combatir la despoblación gracias a la dinamización económica que crea la apertura de hospederías o casas rurales y de locales de restauración.
Estos ingresos provenientes del turismo pueden ser reinvertidos en la restauración y preservación de monumentos y edificios históricos, además de la preservación del patrimonio cultural y natural.
Dónde está Mora de Rubielos.
Mora de Rubielos está enclavada en la provincia de Teruel, a unos 60 km. de su capital, en la comarca de Gúdar-Javalambre.
Sobrepasa los 1000 metros de altitud, lo que la convierte en lugar de inviernos fríos, aunque no tan duros como antaño, consecuencias del maldito cambio climático. De hecho, según nos comentó la guía turística municipal, cada vez los inviernos son más secos, aunque en la comarca hay una pista de esquí «Valdelinares» en el pueblo más alto de la provincia, lugar desde donde se acercan a conocer los encantos culturales y gastronómicos de Mora.
Monumentos de Mora de Rubielos.
Mora de Rubielos se enorgullece de pertenecer a la privilegiada lista de Los Pueblos Más Bonitos de España, y razones no le faltan.
Nuestro consejo es que contratéis la visita guiada que organiza la Oficina de Turismo de Mora, que incluye además del paseo comentado por el casco antiguo, la Ex-Colegiata y el Castillo. Es conveniente reservar con antelación.
La Ex-Colegiata de Santa María.
La construcción de este templo se inició a mediados del siglo XV y se terminó en el año 1620. El templo es de planta rectangular con una sola nave de considerables dimensiones: 19 metros de anchura, 36 de longitud y 21 de altura, convirtiéndolo en el ejemplo más espectacular de su tipología (gótico levantino).
Posee seis capillas laterales dedicadas a diferentes santidades. En 1851, la iglesia perdió su condición de Colegiata.
Durante la Guerra Civil, la iglesia albergó talleres militares, almacenes y fue puesto de vigilancia y, finalizada la contienda, quedó en un estado ruinoso. Con todo, su valor artístico es indudable, y en 1.944 fue declarada Monumento Nacional.
El altar mayor sufrió un incendio en 1844 que afectó al retablo mayor que tuvo que ser reconstruido en 1859 en estilo neoclásico con un bello lienzo de la Coronación, copia de Velázquez.
El Castillo – Palacio de los Fernández Heredia.
El Castillo de Mora de Rubielos es uno de los mejores representantes de la arquitectura cívico-militar del gótico mediterráneo. Se alza sobre una plataforma rocosa en lo alto de la villa.
El origen de Mora se remonta al siglo XII, cuando un poblado perteneciente al reino de Valencia es reconquistado por Alfonso II. La villa se defiende por un castillo, del que hoy se conservan pocos restos, se constituye como núcleo poblacional y se desarrolla notablemente.
La fortaleza se construye entre los siglos XII y XIII, a la vez que la muralla de la que se conservan dos accesos, la puerta del Carmen y el portal de San Antonio.
Cuando comenzó la guerra de los Dos Pedros los Fernández Heredia pasaron a gobernar el señorío de Mora y construyeron el castillo actual como su residencia y para que fuera el punto central de sus señoríos.
Desde entonces ha pasado por diferentes usos por lo que combina elementos de arquitectura militar con otros de raigambre palaciega y señorial.
En 1614 el uso del edificio era religioso, albergando un convento franciscano, pero desde ese año hasta 1835 pasó a ser cuartel y cárcel con la desamortización. Durante las guerras carlistas fue base de las tropas liberales siendo asediado por los carlistas en varias ocasiones y al finalizar éstas, siguió con su cometido carcelario.
El castillo es de planta cuadrangular irregular con dos pisos, tiene cuatro torres y un patio de armas porticado, de unos 1400 m2, con una galería claustral de cuando fue utilizado como convento.
En la Gran Sala fue donde los monjes franciscanos montaron la iglesia mientras permanecieron en el castillo. El escudo de la familia, representando cinco o siete castillos, luce en varios lugares del castillo.
Murallas y puertas.
El casco urbano está salpicado de antiguas puertas que daban acceso al recinto amurallado de la población. Cada portal lleva el nombre del pueblo más cercano a Mora hacia dónde se llegaba.
✔️Del último tercio del siglo XIV data el conocido como Nuevo Portal de Rubielos situado en el extremo de la Calle Villanueva. Tuvo que ser desmantelado a mediados del siglo pasado por la construcción de la actual carretera. Fue reconstruido en 1993.
✔️El Portal de Alcalá o de los Olmos es un tipo de puerta flanqueada por sendas, torres unidas mediante un puente en su parte superior. El muro frontal que las une descansa sobre un arco rebajado, siendo de madera la base del puente.
✔️El Portal de Cabra data del siglo XVI, tras cruzarlo se accede a la Plaza de las Monjas (o del Mayorazgo), la cual debe su nombre al convento de las franciscanas que albergó el caserón de los López Monteagudo, siglo XVI, destacando su alero y la fachada de sillería.
✔️El Primer Portal de Rubielos da a la Plaza del Ayuntamiento y data de 1380, aunque ha sido muy modificado. Sirve de comunicación de la villa vieja con la nueva.
✔️Siguiendo la calle de Las Cruces cruzaremos el Arco del Calvario, arco de medio punto rematado por tres pináculos, construido en 1801. Desde aquí pasaremos diferentes estaciones hasta llegar a la ermita de la Dolorosa del siglo XVII.
En el punto más alto se ubican restos de dos baluartes y de la muralla, parcialmente tallada en la cantera,son el mejor exponente del segundo recinto fortificado.
Ermitas.
San Antonio.
El año de construcción de esta ermita data de 1698 en sustitución a otra más antigua que se encontraba en el mismo lugar. Este hecho lo delató una imagen gótica de piedra de San Antonio Abad, sin manos, encontrada en 1970 en un cuarto del Hospitalico.
El Calvario.
La pequeña ermita del Calvario es una obra de estilo neoclásico de 1790. Se trata de una obra con planta centralizada, exteriormente de tipo octogonal e interiormente circular cuya cubierta cuenta con una cúpula acampanada.
San Roque.
La ermita de San Roque se construyó a las afueras del pueblo en el siglo XVI. Se trata de una obra de mampostería y cantería con techumbre de madera a dos aguas, con porche sobre trabajadas columnas y cruz terminal.
Arquitectura Civil.
El centro neurálgico de Mora lo encontramos en la Plaza de la Villa, donde se encuentra la Casa Consistorial de la primera mitad del siglo XVII en un sobrio estilo herreriano.
Otro de los monumentos destacables es el Puente Viejo o «del Milagro». Es un puente gótico del siglo XV, que cruza el río Mora. Tiene dos ojos (uno de medio punto y otro ligeramente apuntado), tajamar central y calzada horizontal. Su fábrica combina una sólida sillería (tajamar y bóvedas) y una cuidada mampostería de piedra arenisca trabada con cal.
Cuenta la tradición que el 30 de agosto de 1870 cayó una fuerte tormenta que el nivel del río Mora llegó a sobrepasar la altura del puente llegando hasta la altura del pilón donde se encuentra la hornacina de la Virgen del Primer Dolor, pasándose a denominar desde entonces Pilón del Milagro.
La calle de las Parras reúne el mejor repertorio de casonas hidalgas adineradas y casas de arquitectura popular. Entre sus fachadas se distinguen elementos arquitectónicas como aleros decorados, aldabas y rejas en los balcones.
En una esquina junto al Portal de las Monjas encontramos el antiguo Convento de las Franciscanas, antigua casona del siglo XVI que perteneció a la familia de los López Monteagudo.
Es un bello ejemplo de casona en sillería con alero de madera y rejas en la parte baja del edificio.
De esta señorial calle destaca el caserón de los Cortel de la Fuen del Olmo que perteneció a una de las familias más importantes de Mora de Rubielos, Los Cordel. El edificio data del siglo XV pero fue reformado en 1751. Resalta de él la fachada de sillería y la forja de ventanas y balcones.
Una de estas casas de estilo arquitectónico popular presenta en su fachada una pequeña hornacina de con azulejos que representan a San Roque.
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