Ibiza es una de las islas bañadas por el mar Mediterráneo más visitadas y razones no le faltan. Esta cosmopolita isla cuenta con una superficie de apenas 572 km2 pero cuenta con grandes reclamos turísticos tanto patrimoniales, incluyendo varios bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, como naturales con sus colinas cubiertas de frondosos bosques de pinos, o sus 210 km de playas, algunas de ellas de aguas cristalinas o color turquesa de extraordinaria belleza.
A Ibiza se la conoce como «la isla blanca del Mediterráneo» por el color de sus casas payesas cubiertas de cal blanca, pero por otro lado se la considera uno de los destinos con mejor vida nocturna, pero también vespertina, tal y como pudimos comprobar en Sant Antoni Abdad.
Estuvimos en la isla apenas 72 horas, si es suficiente o no, eso lo tendrá que decidir tú, depende de tus intereses. Por nuestra parte seguro que volveremos a la mayor de les illes pituises, bautizadas con este nombre (Ibiza y Formentera) por los griegos por la cantidad de pinos que encontraron (las islas pinosas).
Viajamos a Ibiza a bordo de Balearia.
Siempre hay una primera vez para hacer una travesía en barco, y la verdad es que teníamos muchas ganas de viajar con Balearia, compañía de la que teníamos muy buenas referencias.
Así que nos desplazamos a Dénia, al norte de la provincia de alicante y embarcamos en su puerto, con nuestro coche a bordo rumbo a la isla de Ibiza 🚢.
Viajamos muy cómodos en clase VIP con desayuno saludable incluido, chocolates y acceso a Internet, a bordo del Eleanor Roosevelt. Una pena no haber traído a nuestra perrita Lola, ya que Balearia es una compañía petfriendly que te permite viajar con tu mascota.
Qué ver en la isla de Ibiza en 72 horas.
Eivissa capital, Patrimonio de la Humanidad.
La capital de la isla, Eivissa, es sin duda una de las localidades que no pueden faltar en un circuito por la isla de Ibiza. Fue fundada por los fenicios, probablemente con el nombre de Iboshim. Además pasaron por estos lares otros pueblos como los romanos, los vándalos, los bizantinos o los árabes hasta su conquista por Jaime I El Conquistador en 1235.
El barrio de Dalt Vila fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Se trata de la parte más alta e histórica de la ciudad, a la que llegarás a través de un entramado de callejuelas empedradas y empinadas, así que has de mentalizarte de que vas a subir y bajar muchas cuestas.
Ponte un calzado cómodo y olvida el postureo de tacones de algun@s influencers ya que si ha llovido pueden resultar resbaladizas. Merece mucho la pena ya que esta parte de la ciudades es una de las ciudadelas fortificadas mejor conservadas del Mediterráneo.
Nosotros accedimos al casco antiguo a través del Portal Nou que fue una de las cinco entradas de la muralla renacentista que rodea el barrio de Dalt Vila. Este acceso comunica el actual parque de la Reina Sofía con la plaza del Sol. Conserva las puertas de madera originales del siglo XVI y está coronado por el escudo de armas de la Corona de Aragón.
La muralla que rodea el casco antiguo de Eivissa tiene una extensión de 1.800 metros y fue construida en el siglo XVI por orden del rey Felipe II como protección ante los ataques de los piratas turcos y sus aliados. El enclave de la Dalt Vila de Eivissa está formado por siete baluartes unidos por imponentes murallas. Desde lo más alto se divisan algunas de las mejores vistas de la ciudad y su bahía.
El Portal de ses Taules, el baluard de Santa Llúcia, el paseo de ronda o un paseo por el carrer Major con sus casas señoriales son paradas obligatorias en una ruta por Dalt Vila.
El Portal de ses Taules es el más hermoso construido entre los años 1584 y 1585, está situado en el barrio marinero de La Marina frente al Mercado Viejo, y entre los baluartes de Sant Joan y Santa Llúcia. Todavía conserva visibles las cadenas y el mecanismo que servían para permitir o no la entrada a Dalt Vila. Sobre el portal figuran el escudo y la corona imperial.
En 1888 el foso que había delante del portal estaba formado por unas planchas de madera o «taules» de ahí su nombre, que se sustituyeron por un puente levadizo. A principios del siglo XX se cambió por un puente de obra.
Una vez cruzado el portal llegarás al Patio de Armas, que data de finales del siglo XVI. Un lugar singular con diez arcos de medio punto que durante años acogió el primer mercado de la isla. En este punto pagaban sus impuestos quienes pretendían vender sus productos en el interior de la ciudadela.
En el mismo casco histórico de Dalt Vila podremos visitar la Catedral de Santa María construida en estilo gótico-catalán, aunque el interior fue totalmente renovado en estilo barroco. La fachada exterior es severa y sobria con unos robustos contrafuertes. Desafortunadamente encontramos la portada principal en obras.
El entorno de la Plaza de la Catedral tiene otros edificios interesantes como la Universidad, que fue espacio de gobierno y que hoy desempeña las funciones de museo arqueológico o la antigua Curia. En la actualidad es la sede del Centro de Interpretación de la Ibiza musulmana.
Otro de los barrios bonitos de la ciudad es el barri de la Marina situado entre la muralla y el puerto de Ibiza. Se trata de un antiguo barrio de pescadores y trabajadores de los astilleros del puerto formado por calles estrechas y casas encaladas, una de las zonas más animadas y con más encanto de Eivissa junto a su vecino barri de Sa Penya. En la Plaça de la Constitució encontrarás el Mercat Vell.
En la confluencia entre las calles portuarias Lluís Tur i Palau y Guillem de Montgrí encontraremos una escultura de bronce en alegórica a los hippies. Esta escultura fue inaugurada en el verano de 2016 con motivo de dejar constancia de la importancia que el movimiento hippie tuvo en el desarrollo de la isla de Ibiza, a partir de los años sesenta del siglo XX.
La escultura es obra de la catalana Ció Abellí y reproduce en tres dimensiones una famosa imagen del fotógrafo Toni Riera. Se ve a un padre, con el pelo largo y estética hippie, andando con su pequeña hija. A los pies de ambos, un mapamundi con los lugares donde se concentraron las mayores comunidades hippies: San Francisco, Ámsterdam, Katmandú, Goa y Eivissa. La pieza es una donación a la ciudad del fundador del grupo Pacha, Ricardo Urgell.
Y cómo no podía faltar en la isla más marchosa del Mediterráneo, encontrarás por la zona tiendas y pubs del Grupo Pachá, representadas por el par de cerezas más famosas del mundo.
Por cierto, las mejores vistas de la ciudadela de Dalt Vila las tendrás desde el Paseo Marítimo.
Otro de los puntos de interés de la capital declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999 es el Puig des Molins, cima donde se concentraban molinos de viento.
El Puig des Molins es la necrópolis más antigua e importante de Ibiza y cementerio de la antigua ciudad fenicio-púnica de Ebusus. El yacimiento cuenta también con un museo etnográfico.
Esta necrópolis se ubica en una colina situada en el centro de Eivissa, no lejos del núcleo histórico. Está considerada la más antigua e importante del Mediterráneo Occidental con más 3.000 tumbas excavadas en la roca «hipogeos», la mayor parte de la época de los fenicios (siglo VII a.C.), lo que la convierte en uno de los centros de investigación más valiosos de la cultura fenicio-púnica en todo el mundo.
Sant Antoni de Portmany.
Dicen que en San Antonio de Portmany se ven las mejores puestas de sol toda la isla de Ibiza, sobretodo desde el paseo Ses Variades y calles adyacentes, donde te puedes sentar a tomar un mojito en una animada terraza como Café del Mar o Café Mambolo. Este hecho unido a su oferta de ocio y discotecas, hace que sea uno de los destinos favoritos de los jóvenes.
Nosotros nos alojamos en esta localidad costera, la segunda en población de la isla, ya que encontramos precios más económicos que en Eivissa, la capital de la que dista apenas 15 km.
Estuvimos 3 noches en un apartahotel cerca del centro de Sant Antoni de cadena Vibra Hotels. Concretamente el APARTAHOTEL VIBRA BAY. Cuenta con muy buenas instalaciones, una piscina enorme y un variado desayuno buffet. Y lo más importante una cocinita y nevera por si te apetece quedarte en la habitación.
Sant Antoni posee una amplia variedad de calas y playas ideales para unas vacaciones de desconexión y relax. De entre sus calas destacan Cala Gració y Caló des Moro y Cala Salada y Cala Saladeta, todas perfectas para disfrutar de un tranquilo día de sol y playa.
Si buscas una playa más céntrica y urbana, con más variedad de restaurantes y locales de copas, quédate con la Playa de S’Arenal, de arena fina blanca y aguas poco profundas con todo tipo de servicios donde practicar deportes acuáticos como el kayak o el paddle surf.
Los paseos contiguos Passeig de la Mar y Passeig de Ses Fonts, frente al puerto y club náutico, constituyen la zona comercial y sirven de entrada al reducido casco antiguo de Sant Antoni. No esperes ver un centro histórico similar a la Dalt Vila de Eivissa. Es un espacio muy reducido pero que invita al paseo después de un día de playa.
Uno de los lugares imprescindibles del centro histórico es la iglesia de San Antonio Abad, con su bella torre cuadrangular, construida en el siglo XVIII. Se inició a comienzos del S. XIV y fue objeto de diversos añadidos hasta el S. XVII.
Representa el modelo típico de iglesia fortificada, se llegaron a instalar cañones en su torre para repeler naves enemigas. Cuenta con puertas de hierro, gruesos muros y mínimas aberturas al exterior que servían de refugio a los habitantes frente a los ataques de piratas y corsarios.
El Espacio Cultural Sa Punta des Molí situado en el extremo de la playa urbana de s’Arenal es un complejo cultural formado por un molino de viento restaurado, una noria y una casa tradicional que alberga una sala de exposiciones.
El interior de la casa contiene un restaurado trull (almazara) típico destinado a hacer aceite, con la primitiva maquinaria que trituraba y prensaba las aceitunas. En el exterior se ha recreado un jardín botánico mediterráneo con árboles típicos de la isla de Ibiza.
¿Sabíais que en Sant Antoni tienen un monumento dedicado al Descubrimiento de América?. Representa un Huevo gigante que contiene en el interior una réplica de la carabela Santa María, cuya proa apunta hacia América. Fue inaugurado en 1992, coincidiendo con el 500 aniversario del descubrimiento del Nuevo Mundo.
El huevo alude a un mito histórico sobre una conversación de Cristóbal Colón en la corte española, tras su victorioso regreso de América, cuando retó a los presentes a mantener un huevo recto sin apoyarlo en ningún objeto. Cuando nadie halló la respuesta, Colón logró mantenerlo en pie, aplastando de un leve golpe una punta del huevo. Este monumento, único en el mundo, reivindica una tesis sobre el origen ibicenco de Cristóbal Colón.
Santa Eulària des Riu.
Para aquellos que buscan un turismo de sol y playa más relajado y de ambiente familiar, fuera de la Ibiza más festiva de zonas como San Antonio o la capital, Santa Eulària des Riu es su destino.
Es la tercera ciudad en número de habitantes de la isla. Como curiosidad es el único municipio de la isla por donde transcurre un río de escaso caudal, de ahí su nombre.
La mejor forma de comenzar a descubrir la ciudad es subiendo a la cima del Es Puig de Missa, monte verde, situado en mitad de la ciudad de Santa Eulalia, donde se asienta desde el siglo XVI a la iglesia de Santa Eulària, un hermoso templo-fortaleza con una torre de vigilancia anexa y unos muros blancos de cal. Junto a la iglesia el cementerio municipal desde el que se aprecia una panorámica del pueblo.
En las inmediaciones de este conjunto monumental podemos visitar el Museu Etnogràfic d´Eivissa, ubicado en el interior de una antigua casa payesa, conocida con el nombre de «Can Ros». Se trata de un espacio cultural dedicado a la exposición de la indumentaria, objetos domésticos y otros utensilios asociados a la historia del municipio.
Ya en el pueblo no dejes de visitar el Passeig de S´Alamera, que se despliega desde el puerto deportivo hasta la desembocadura del río.
Santa Gertrudis de Fruitera.
Uno de los pueblecitos que más nos gustó fue Santa Gertrudis de Fruitera, ubicado justo en el centro geográfico de la isla, un cruce de caminos entre el norte y el sur y el este y el oeste.
Frente a la plaza de la iglesia del siglo XVIII se abre un animado paseo peatonal repleto de vida: bares, cafés y tiendas de artesanía chulísimas. También se ubican algunas galerías de arte, lo que le da un contraste entre lo tradicional y lo cosmopolita.
El campanario de la iglesia es uno de los más altos de la isla de Ibiza. Del interior del templo , en presbiterio, sobresale el retablo de madera del siglo XVIII. Ya fuera junto a la fachada principal encontraremos una escultura firmada por el artista ibicenco Pedro Hormigo que representa a Manuel Abad y Lasierra, el primer obispo de Ibiza.
En período estival, se celebra en el centro del pueblo el mercadillo artesanal de Santa Gertrudis, donde podrás comprar moda, complementos, bisutería y trabajos en cuero y madera elaborados por artesanos y artistas afincados en la isla. El mercadillo se pone los viernes de junio a septiembre, desde las 20:00 horas hasta medianoche.
Mercadillo de Las Dalias.
En la isla encontrarás decenas de mercadillos interesantes de artesanía y objetos curiosos. Entre ellos por su historia y dimensiones queremos destacar el mercadillo hippie de Las Dalias ubicado entre San Esteban y San Carlos, zona que fuera cuna hippie en la isla en los sesenta
Se trata de uno de los mercadillos hippies con más historia ya que nació en 1985 con apenas cinco puestos. Actualmente, casi cuatro décadas más tarde, cuenta con más de 250 puestos en los que se exhiben productos artesanos hechos a mano como ropa, bisutería, cerámica, objetos de decoración arte, instrumentos musicales, inciensos,… un paraíso para las compras.
El mercadillo abre todo el año, pero su versión Night Market tiene lugar los domingos, lunes y martes del verano. Está ambientado con música en directo al aire libre que podrás disfrutar mientras tomas un mojito o cerveza artesana, en cualquiera de sus gastrobares.
Lo malo de llegar en coche a este mercadillo es que te cobran 4€ por aparcar en un descampado sin asfaltar, a nuestro parecer es un poco excesivo.
Las Dalias se encuentra en el norte de la isla de Ibiza/Eivissa, en el kilómetro 12 de la carretera Eivissa-Santa Eulària-Sant Carles, a 5 kilómetros de Santa Eulària y poco antes de llegar al pequeño pueblo de Sant Carles de Peralta.
Sant Carles de Peralta.
El pequeño casco urbano de Sant Carles de Peralta se ubica a escasos 10 minutos a pie del mercadillo de Las Dalias. Este lugar fue elegido en los años 50 por numerosos intelectuales para fijar su residencia y una década más tarde en los 60 se establecieron aquí algunas comunas hippies.
Es conocido en toda la isla su bar Ca n´Anneta, antaño epicentro de la Ibiza hippie, por la elaboración de un licor de hierbas que la misma familia produce desde hace un siglo siguiendo la receta tradicional.
El pueblo surgió a partir de la Església de Sant Carles construida a finales del siglo XVIII. Este templo de la parte rural de la isla cuenta con uno de los más interesantes “porxos” de columnas de Ibiza.
Sant Joan de Labritja.
La población más al norte de la isla de Ibiza es Sant Joan de Labritja, pueblo que ha sabido mantener su ambiente rural evitando la especulación del turismo de masas. Es por ello que aquí encontrarás numerosos establecimientos de agroturismo.
En su diminuto casco urbano encontrarás una tradicional iglesia que data del siglo encalada de blanco y varios ejemplos de viviendas típicas payesas. Recomendamos un paseo por su calle principal empedrada donde podréis apreciar bellos ejemplos de balcones forjados y antiguas puertas de madera.
Los domingos se instala en la plaza del pueblo un animado mercado de artesanía y productos naturales, como el tradicional licor casero de hierbas ibicencas.
Cala Benirràs, entorno natural.
Dentro del término municipal de Sant Joan encontramos una de las calas más bonitas del norte de la isla de Ibiza; nos referimos a la playa de Benirràs, que cuenta con apenas 150 metros de longitud.
Para llegar a la misma tienes que recorrer un bonito camino zigzagueando entre colinas cubiertas de pinos y frondosos valles, hasta que llegues a una pinada donde tienes que estacionar el vehículo. Desde aquí andarás un recorrido de menos de 5 minutos. Lo bueno, y no como pasa en otras calas, es que el aparcamiento es gratuito.
Por cierto de camino a la cala nos encontramos con Pi ver de Can Besuró, (Pino verde de Can Besuro) considerado el pino piñonero (Pinus pinea) más grande de la isla, declarado Árbol singular catalogado en el año 2003.
La Cala Benirràs, se ubica en un entorno precioso, con rocas y colinas a ambos lados y una original formación rocosa al fondo, el denominado Cap Bernat (también conocida como «dedo de Dios«). El acceso a sus aguas cristalinas cuenta con algunos guijarros que tendrás que salvar
Cuenta con algunos restaurantes donde poder degustar deliciosos platos ibicencos de pescado y arroces marineros. Nosotros comimos muy bien en el Restaurante Roca y Mar. Eso si, la cercanía al mar y el encanto del lugar se paga €€€.
Durante el verano hay un pequeño mercadillo hippy entre los pinos todos los días excepto los miércoles y los jueves.