Belmonte y Mota de Cuervo, entre El Cid y Don Quijote en el corazón de La Mancha.

Cuenca esconde rincones y pueblos de una belleza que no no tiene nada que envidiar a otras ciudades reconocidas por organismos oficiales. Palacios, castillos, molinos, paisajes,… y una rica gastronomía nos sirvió para decantarnos por la comarca conquense de La Mancha.

Belmonte, un castillo de ensueño y un casco antiguo monumental.

Con apenas poco más de 2000 habitantes, Belmonte atesora en su bonito casco histórico, amurallado en algunos tramos, iglesias y palacios que han sido testimonio de capítulos de la historia de España.


En 1323 la villa comienza a cobrar importancia histórica. Este hecho queda reflejado en el Chronicon domini Joannis Enmanuelis, en el cual podemos leer como en 1323 Don Juan Manuel (sobrino de Alfonso X) comenzó a construir las murallas de «Belmont» o «Bello Monte» , llamado así por el monte repleto de encinas que lo rodea y el antiguo Alcázar.

Algunos de estos personajes ilustres, vinculados de una u otra forma con la villa, son representados por unas figuras de madera talladas a tamaño real que adornan los rincones más emblemáticos de las callejuelas y plazoletas del centro.

belmonte3
Lope de León

El primer miembro de la familia Pacheco que fue señor de esta villa fue Juan Fernández Pacheco, a quien se la concedió el rey Enrique III por privilegio firmado en Tordesillas en 1398.
El señorío lo heredó su hija María, que se casó con Alfonso Téllez Girón y Vázquez de Acuña. El matrimonio tuvo dos hijos, Juan Pacheco y Pedro Girón. El primogénito era Juan Pacheco, primer marqués de Villena, ordenó construir el Castillo de Belmonte en 1456 y la Colegiata de San Bartolomé.

Lugares más interesantes de Belmonte.

El Castillo de Belmonte es de estilo gótico-mudéjar. Su construcción se inició en 1456 con don Juan Pacheco y fue declarado Monumento Nacional en 1932. Su estructura en forma de estrella, le convierte en el único ejemplo en España con este tipo de planta.

Acceso al Castillo.


Por enlaces matrimoniales el castillo pasa a la casa de Montijo, heredándolo en el siglo XIX la condesa de Teba, Eugenia de Montijo, que se convertiría en la futura emperatriz de Francia al casarse con Napoleón III.  Todo el exterior del patio de armas, de forma triangular, es obra de la condesa, también la escalera principal y todas las chimeneas de yeso.

Patio de armas del Castillo.


El Castillo ha sido escenario de varias películas entre ellas «El Cid» con Charlton Heston y Sofía Loren en 1961.

Destacamos sobre el conjunto museístico los artesonados mudéjares de los techos y la bellísima escalera de madera.


Otro de los edificios interesantes es la Colegiata de San Bartolóme (gótica) del s.XV. Destaca la sillería del coro, del siglo XV, tallada con historias bíblicas por Enrique Egas y procedente de la Catedral de Cuenca y sus rejas platerescas.

En cuanto a sus murallas, actualmente está compuesta por nueve torreones y cinco puertas. Sirvió en su momento para segregar a la población cristiana que residía intramuros, de la musulmana y judía que quedarían rezagados a extramuros. La Puerta de Chinchilla (1456) y Puerta de San Juan son las más monumentales de las que hoy en día se conservan.

La Plaza del Pilar es una de las más bellas de la localidad. Conserva algunas columnas de lo que antiguamente fue una plaza totalmente porticada.

Sin lugar a dudas, Belmonte tiene bien merecido el reconocimiento como el Pueblo más Bonito de Castilla La Mancha en el 2016.

Mota de Cuervo y los molinos del Quijote.

Conocida como «el Balcón de La Mancha», Mota de Cuervo, dista pocos kilómetros de la anterior.  Quizá no cuente con un patrimonio arquitectónico tan rico como Belmonte, pero posee un casco antiguo agradable que invita al paseo.
El Ayuntamiento se enclava en la Plaza Mayor. Anteriormente el edificio era un monasterio de monjes del que se conserva su torre, construida en mampostería con sillares en los ángulos de los cuerpos.

La Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel data del siglo XV, aunque los trabajos de construcción se prolongaron por casi dos siglos. La fábrica es de mampostería con sillares en las esquinas y enmarcando las ventanas rectangulares en el cuerpo central y circulares en la cabecera. Su esbelta torre es de planta cuadrada y dividida en dos tramos separados por cornisa.

Dos ermitas que merecen la pena fotografiar son las de Santa Rita (años 50 del s.XX) y de San Sebastián o del Santo del s. XVI.

En el Paraje de la Sierra se encuentran los Molinos de Viento, tan característicos de La Mancha, símbolo de una estructura de producción agrícola pasada y motivo que le hizo adquirir a este municipio en 1967, la denominación de «Balcón de La Mancha», debido al extenso horizonte que se contempla desde ellos. Todos los molinos, excepto “El Zurdo” –comprado por D. Ramón Serrano Súñer en 1941-, son de construcción reciente (años sesenta y setenta) levantados sobre cimientos originales y de propiedad municipal.

Un posible origen de la presencia de molinos de viento en estas tierras, se remonta al siglo XVI, al sufrir la Mancha una gran sequía que duró cuatro décadas se implantaron éstos debido a que el cauce de los ríos era escaso, razón por la que eligieron los lugares más elevados en los cuales el viento soplaba con intensidad y era capaz de mover sus enormes aspas.
A principios del siglo XX comienza a decaer el uso de los molinos, desplazados por la energía eléctrica. En 1929 molió por última vez «El Zurdo» (nombre que se le dio por girar sus aspas a izquierdas).

Comparte

Diplomado en Turismo por la Universidad de Alicante y Licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Le apasionan los idiomas, habiendo estudiado en la Escuela Oficial de Idiomas de Elche, Inglés, Francés e Italiano, y en la actualidad cursa sus estudios en Alemán. Además es Guía Oficial de Turismo por la Comunidad Valenciana.

1 Comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Verificado por MonsterInsights