Nules es una encantadora localidad costera de la comarca castellonense de La Plana Baixa. Su ubicación estratégica a 55 km. de Valencia y a 18 km. de Castellón de La Plana, la convierten en un destino familiar ideal para unas vacaciones relajadas junto al Mediterráneo.
El último puente de Semana Santa nos alojamos un par de noches en un coqueto apartamento junto al mar, y tenemos que confesar que nos enamoramos profundamente de su frente litoral, de piedra eso sí, pero con un encanto especial, lejos de las masificadas playas de otras localidades mediterráneas.
Las playas de Nules están situadas a unos 4 km. del casco urbano de la población. Son en total 4 playas: El Rajadell, El Bovalar, L´Alcúdia y Les Marines.
Les Casetes de la Playa de Nules.
Lejos de los grandes bloques de apartamentos o rascacielos que rozan la luna, el frente litoral de Nules está compuesto por las conocidas como «Cases de vora mar de la playa de Nules» o más cariñosamente como «Les Casetes de la Platja de Nules». Se trata en su mayor parte de construcciones del denominado tipo «alquería«, construídas a principios del siglo XX (podemos ver la fecha en sus fachadas), como segunda residencia de veraneo.
Estas construcciones populares han sido testigo no sólo del despegue turístico de lo que fuera un municipio agrícola que vivía exclusivamente del cultivo de la naranja, sino también de sucesos históricos como la Guera Civil española. Muchas familias utilizaron estas viviendas como refugio contra los bombardeos durante la contienda, principalmente mujeres y niños.
Uno de estos refugiados, fue ni más ni menos, que el ilustre escritor Rafael Alberti junto a su compañera María Teresa León. Al finalizar la guerra se convirtieron en campo de concentración.
Muy peculiar resulta el Faro de Nules, de forma cuadrangular y altura de 38 metros, distinguible desde el pueblo. Fue construido en 1992 por la arquitecta Blanca Lleó, y es junto al Faro de Irta, el único construído íntegramente por mujeres.
Paraje Natural de L´Estany.
L´Estany es una bonita laguna de agua dulce junto a la playa, formada por el agua subterránea de la marjal. Alberga gran cantidad de aves que encuentran aquí el refugio perfecto para anidar. Entre sus especies destacan las fochas, las pollas de agua y los zampullines.
El estanque cuenta con zona de césped, bancos y mesitas para hacer un picnic al atardecer que es cuando fuimos, desde el que se dispone de una bonita puesta de sol.
Ruta de los búnkers.
Si les Casetes tuvieron su función en la Guerra Civil, también cumplieron con la suya el conjunto de búnkers o «blocaos» repartidos por el término municipal que forma parte de nuestra memoria histórica.
Se trata de cuatro búnkers independientes muy cercanos entre sí aunque sin elementos que los comuniquen. Fueron levantados después de que fracasara la llamada «Ofensiva del Levante» del Ejército franquista, en 1938.
El material construido es el hormigón y bloques de piedra, extraídos de las aceras de las calles de Nules. La mayoría están muy bien conservados, con sus galerías interiores y emplazamientos para las ametralladoras.
El casco urbano de Nules.
Nules pueblo nos pareció un lugar muy atractivo para pasear, tiene algunos monumentos muy interesantes, unas alegres plazoletas y varios comercios tradicionales.
La Iglesia de San Bartolomé y San Jaime, cuya primera piedra de reconstrucción se puso en 1944 en estilo neoclásico, tras el incendio en 1936 que sufrió el anterior en estilo gótico, se ubica en la principal plaza de la ciudad, su centro neurálgico donde está el Ayuntamiento y oficinas administrativas.
Otro templo interesante es el Convento de las Carmelitas Descalzas construida entre los siglos XVII y XVIII en estilo neoclasicista. Se trata de una iglesia de planta de cruz latina con cúpula y capillas laterales, comunicadas por un deambulatorio. La fachada es lo más importante del conjunto, además de conservarse la original. Se compone de un rectángulo enmarcado por dos pilastras, dividido en dos zonas horizontales; en la inferior un pórtico tripartito, y en la superior una hornacina, escudo de la orden y ventanas rectangulares.
La iglesia está precedida por una coqueta plaza con muros de piedra y decoración de bolas y pirámides manieristas.
Mascarell, núcleo fortificado.
Mascarell es una pedanía de Nules situada a 1 km. Su fisonomía particular, totalmente amurallada por los cuatro costados te sorprenderá, ya que es el único núcleo urbano de la Comunitat Valenciana, y uno de los dos en España, el otro es Ureña en Valladolid, que conservan íntegra la muralla.
La traducción etimológica de su topónimo procede del árabe y significa algo parecido a “campamento”.
La población nace en origen con la expulsión de la población musulmana de la vecina población de Burriana, donde se tienen las primeras noticias en el primer documento que se tiene de Mascarell: 1310. Antes Jaume I había expulsado a los moros de Burriana y estos se establecieron en el límite entre Nules y Burriana (Mascarell).
Sus murallas datan del 13 de diciembre de 1553, y estaban rodeadas por un foso que en la actualidad ha sido convertido en acequia de riego. Se construyeron utilizando la técnica del tapial con verdugadas, usando mortero, tierra y ladrillo. El recinto es casi cuadrangular cuyo perímetro es de aproximadamente 650 m, con una altura de unos 7 metros y un grosor de 1,20 metros.
En el centro de cada uno de los lados tiene una torre de planta cuadrada y las de los lados este y oeste protegen las dos únicas puertas de acceso a la población, llamadas Portal de l’Horta y Portal de Valencia. Esta última es la puerta de acceso principal en la actualidad.
Villavieja o La Vilavella, pueblo balneario.
Vilavella es de origen romano, conocida por la calidad de sus aguas termales, ya conocidas por esta antigua civilización. En el siglo XIX existían en el pueblo hasta once “casas de baño”, de los que hoy en día sólo uno queda en pie, en el casco urbano. Fruto de las rentas que esta actividad terapéutica dejaba en el pueblo, no es de extrañar las elegantes casonas que se mandaron construir los “senyorets”, burgueses adinerados, en su mayoría procedentes de Valencia, que hicieron del pueblo su lugar de veraneo.
La Guerra Civil castigo bastante la zona y los balnearios fueron utilizados como hospital de sangre; en sus salas convalecieron numerosos soldados de la zona y traídos del frente de Teruel. Tras la contienda en 1939, se fundó la “Agrupación de Balnearios de Villavieja” que aglutinó a seis centros termales de los que quedaban en pie. Ya en 1994 la familia Caballer Almela adquiere la mayoría del paquete accionarial de la sociedad y acomete un proceso de reforma integral para adaptar los edificios y las instalaciones balnearias y hoteleras a las necesidades y comodidades actuales.
No obstante, los orígenes de la actual población hay que situarlos en la época de ocupación musulmana, cuando se construyó un castillo, siglo X. Ésta fortaleza fue conquistada en el 1.238 por el Rey Jaime I, pasando en el año 1.250 a manos de la familia Montcada y posteriormente a los Centelles. Actualmente se encuentra en estado ruinoso conservando una interesante cisterna de la época árabe y un pavimento de azulejos de Manises de la capilla de San Jaime (Siglo XV).
Un paseo por su ensanche modernista nos llevará hasta el Jardín de la Glorieta con su trencadís, donde se alza la Fuente Calda, manantial de aguas termales a 27 º que nace en el mismo lugar donde está ubicada la fuente. Justo al lado se alza el lavadero público.
Otra ruta en el casco urbano es a través de su pintoresco Barrio antiguo, donde se ubica el Museu dels Espardenyers (alpargateros), actividad económica muy arraigada en la población en otros tiempos. Desde aquí podemos acceder hasta el Calvario rodeado de esbeltos cipreses y estaciones de penitencia, pasando por una réplica de la Gruta de Lourdes, hasta la ermita de San Sebastián.
¡Qué recuerdos tengo de Villavieja! Veranee ahí toda la vida. Mi abuela trabajó en ese balneario que os habéis fotografiado jeje
Los bunkers están súper bien y les Casetes son una zona muy curiosa. Mascarell muy bonito.
Me alegro de que aprovecharseis tan bien la visita por la zona.
Un abrazo
Gracias por tu comentario; disfrutamos mucho de esta escapada en la Plana Baixa.