Qué ver en Marsella en 2 días.

Qué ver en Marsella EN 48 HORAS

Peligrosa, decadente, sucia, nada qué ver, en definitiva ¿para qué vas a Marsella?. Con estas expectativas nos plantamos tres noches en la capital de La Provenza, la segunda ciudad más poblada de Francia y la más antigua del país.

Todo depende del color del cristal con que se mire y esto es lo que justo me encontré: una ciudad cosmopolita, una ciudad que rebosa cultura, una ciudad amable (estamos en el sur!!), una ciudad para pasear, llena de atractivos turísticos.

Una ciudad con una fuerte personalidad, que podríamos bautizar con el apelativo de «la Nápoles francesa».

Si, es cierto que la urbe llegó a tener uno de los barrios más delictivos del país, pero el año 2013 supuso una gran renovación urbana y una apuesta importante por el turismo a raíz de su designación como Capital Cultura Europea. ¿Acaso no ocurrió algo similar en Barcelona dos décadas antes tras su designación como ciudad que albergaría unos Juegos Olímpicos?.

Un poco de historia.

Podemos datar la fundación de Marseille en torno al año 600 a. C., cuando el pueblo griego de Focea estableció aquí un emporion llamado Massalia. Este importante enclave comercial portuario evolucionó hasta convertirse en una polis manteniendo su importancia comercial en época romana bajo el nombre de Massilia.

La ciudad apoyó a Roma en las guerras contra Cartago, rival en el comercio marítimo, pero en el año 49 a. de C. fue castigada por César, por su alianza con Pompeyo durante las guerras civiles romanas, quitándole sus colonias.

Ya durante la Edad Media, la ciudad pasó por manos de diferentes pueblos mediterráneos como los godos, los visigodos, o los árabes, antes de unirse a la Provenza (1481) y anexionarse al Reino de Francia (1482).

En el año 1720, Marsella vivió una terrible pandemia conocida como la Gran Peste de Marsella, que supuso la muerte de un tercio de sus 90.000 habitantes. En 1792, Marsella abrazó con entusiasmo la Revolución Francesa y sus voluntarios hicieron célebre el cántico que más tarde se convertiría en himno del país: «La Marsellesa».

Durante los siglos XIX y XX, su puerto contribuyó decisivamente en la colonización de África.

La Estación de Tren Central Gare de Saint Charles es una obra de arte haciendo alegoría al pasado colonial de Marsella. Nos encantó su escalinata adornada con esculturas de las diferentes excolonias.

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Cómo ir del aeropuerto al centro de ciudad.

El Aéroport de Marseille Provence es el quinto de Francia en flujo de pasajeros con más de 10 millones anuales.

Está situado a unos 27 km al noroeste de la ciudad y tiene 2 terminales desde la que operan grandes compañías como Air France, Iberia o Turkish Airlines siendo además base de algunas compañías low cost como Ryanair o Volotea.

Existen dos opciones para llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto:

Autobús + tren.

No es la opción más rápida pero si la más barata. No es la que escogimos nosotros porque llegamos a las 20.45 h y queríamos algo más rápido.

Tienes que tomar el autobús (Le Bus + L13) que te lleva desde la Terminal 1 (andén 5 de salida de autobuses) hasta la estación de tren Vitrolles Aeropuerto de Marsella Provence. Puedes consultar los horarios en la web del aeropuerto.

El trayecto en autobús es de unos 5 minutos y hay un servicio cada 15-20 minutos antes de la salida de cada uno de los trenes. Tienes que bajarte en la estación de tren de Marsella Gare St Charles (final del trayecto). La duración es de unos 20 minutos.
El precio del billete es de 5,20€ por trayecto. Se puede comprar en el mostrador del aeropuerto, en las máquinas u online. Tienes que sumarle 1,20 € del trayecto del aeropuerto a la estación de tren de Vitrolles. En total 6,40 €.

Gare de Saint Charles de Marsella
Gare St. Charles

Navette Marseille Aeroport.

Estos autobuses (nuestra opción) están marcados con el número L91 y parten del andén 6 del Aeropuerto de Marsella y finalizan también en la estación de autobuses de Gare St Charles.

En cuanto al precio el billete sencillo cuesta 10 €, pero si compras ida y vuelta te costará 16 €. Es decir a 8€ por trayecto pero sin cambiar de medio de transporte. Los niños de hasta 11 años pagan 5 € y los jóvenes de 12 a 25 años pagarán 7 € solo por el billete de ida. Puedes comprar el billete online o en el mostrador del aeropuerto.

Tarjeta Marseille City Pass.

Si os hacéis con tarjeta turística Marseille City Pass ahorraréis bastante dinero ya que incluye la entrada gratuita a los principales museos y monumentos de la ciudad, y descuentos en otras atracciones. Del mismo modo podréis utilizar de forma ilimitada el transporte público.

También incluye una visita guiada organizada por la Oficina de Turismo y un billete a elegir entre el tren turístico o el barco que os acercará a la isla de If.

Existen 3 modalidades de tarjeta: 24, 48 y 72 horas en la ciudad.

Qué ver en Marsella en dos días.

Nos alojamos 4 noches en la ciudad, aunque llegamos tarde, y en realidad aprovechamos tres días y medio, a los que dedicamos uno entero para visitar Aix-En-Provence.

Dos días dan para visitar muchas cosas, incluso a pie. En nuestro caso solo cogimos transporte urbano para subir a Notre Dame de la Garde en lo alto de una colina, aunque bajamos caminando.

La mejor forma de tomar un primer contacto con la ciudad es a través de una visita guiada. Suelen empezar desde el Vieux Port y tener una duración de entre 2 horas y 2 horas y media. Puedes reservar directamente desde nuestro artículo. ¡No te quedes sin plaza!.

Alrededores del Viejo Puerto y Le Panier (2º Distrito).

Para una escapada de 48 horas por este gran urbe, os recomendamos comenzar por los alrededores del Viejo Puerto y el barrio más castizo de la ciudad, Le Panier. La zona que aquí describimos ocuparía según el reparto por distritos de la ciudad, le Deuxième Arrondisement.

Tenéis que tener en cuenta el horario de los museos «a la europea», es decir sin cerrar al mediodía pero abiertos hasta las 18.00 h.

Para haceros con un buen plano gratuito, comprar la tarjeta turística y consejos sobre la ciudad no dejéis de comenzar la visita en L´Office Métropolitain de Tourisme et des Congrès de Marseille (Canebière, 11).

El Palacio de la Bolsa.

El edificio de la Bourse et la Chambre de Commerce acoge las instalaciones de la Oficina de Turismo de Marsella. La calle Canebière, peatonal desde el 2013,es una de las principales arterias comerciales del centro.

La Cámara de Comercio de Marsella, la más antigua de Francia, fue creada en 1599, y ocupa el edificio actual desde 1860.

Palacio de la Bolsa de Marsella
Palacio de la Bolsa de Marsella.

Destacamos de su fachada principal las 10 columnas corintias. En la parte más alta hay un ático con pequeñas pilastras decorado con 8 cartuchos circulares en los que están inscritos los nombres de los exploradores: d’Urville, Cook, Magellan, Vespuce, Colomb, Tasman, Gama y La Pérouse. Finalmente en la parte superior en la parte superior una escultura que representa las armas de la ciudad flanqueada por figuras medio recostadas que representan el océano y el Mediterráneo. En las esquinas se colocan dos antefijas que representan fuerza y ​​paz.

Le Vieux Port.

El origen de esta milenaria ciudad fue en el Viejo Puerto. Bueno, no exactamente aquí porque el nivel del agua llegaba mucho más allá hasta lo que hoy en día es el Museo de Historia de Marsella.

En este punto llegaron los primeros colonos griegos (s. VI a. de C.). Históricamente este punto fue el motor económico de la ciudad, hasta que en 1844 se iniciara la construcción del Quai de la Grande Joliette (puerto nuevo). Desde entonces el Vieux Port se destinó a barcos de pesca y embarcaciones de recreo.

Hoy en día es un punto de encuentro, donde se celebran algunas manifestaciones culturales, y alrededor del cual gira la vida cultural de la ciudad. No es difícil encontrar artistas que trabajan en la calle cualquier día de la semana: músicos, malabaristas, clowns, dibujantes,… ¡nos encantó pasear por un lugar tan animado!.

Si paseas por el puerto bien temprano puedes adquirir pescado y marisco fresco de la bahía de Marseille y alrededores.

Fortalezas de St-Jean y de St-Nicolas.

Dos fortalezas del siglo XVII, una en cada extremo, custodian la entrada al Puerto Viejo,. Nos referimos al Fort Saint-Jean y al Fort Saint-Nicolas. El primero forma parte del museo MUCEM, mientras que el segundo no es visitable. A modo de curiosidad tenemos que decir que más que una función defensiva, estos dos fuertes fueron levantados como respuesta a una revuelta contra el gobernador local. Muestra de ello es que sus cañones apuntaban hacia la ciudad y no hacia el mar.

Église Saint-Laurent.

Esta iglesia ubicada frente al Fuerte de San Nicolás es una de las más antiguas de la ciudad, concretamente del siglo XII, erigida como parroquia de los pescadores de Le Panier, es la única iglesia medieval que conserva la ciudad.

Église Saint-Laurent de Marsella
Église Saint-Laurent.

MUCEM.

La capitalidad cultural europea en el 2013 supuso una gran transformación urbana en la ciudad, fruto de ello fue la construcción de este gran complejo cultural denominado Musée des Civilisations de l´Europe (MUCEM).

MUCEM.

Si te gusta la arquitectura futurista disfrutarás paseando por sus galerías exteriores y cruzando la pasarela de 130 metros que une el museo con el fuerte de Saint Jean. Desplazarse a través de ellas es gratis. Visitar el museo tiene un coste de 11€ (tarifa general). Si es cierto que profundiza en aspectos de las culturas mediterráneas como la gastronomía o las tradiciones, para nosotros no justifica el precio de la entrada. Aunque está incluido en la tarjeta turística City Pass.

Catedral Sainte Marie Majeur.

Muy cerquita del museo, frente al Puerto Nuevo se alza la majestuosa Catedral de Santa María Mayor.

Poco queda del edificio original románico-gótico del siglo XI. Apenas podemos percibir unas ruinas en un lateral, el crucero y el ábside. El edificio primitivo fue demolido por completo.

Por cierto al lado, veréis una de las cientos de pistas de petanca que hay repartidas por la ciudad. Es uno de los deportes favoritos de los marselleses, y al revés de lo que se piensa sobre esta modalidad deportiva, la practican incluso más los jóvenes que los mayores. Estuvimos a nada de jugar una partida.

El templo actual apenas cuenta con unos 170 años de antigüedad y es de estilo románico-bizantino. De su interior cabe destacar sus elaborados mosaicos, cuyas teselas están colocadas a mano una por una.

Barrio Le Panier.

Frente al puerto se ubica el que posiblemente sea el barrio más antiguo de Francia. Su origen data en torno al 600 a. de C.
Tras décadas de abandono y de ser considerado uno de los sitios más sucios y peligrosos de Europa, constituyendo todo un ghetto de mala reputación, Le Panier sufrió de un profundo lavado de cara con motivo de la capitalidad europea de la ciudad. Pero ello no vino acompañado del descontento por parte de las familias más humildes, sobre todo inmigrantes que aquí residían, gente trabajadora y honrada, que por supuesto también la había.

Los propietarios recibieron ayudas para la rehabilitación de fachadas, se mejoró la iluminación y con todo ello se encarecieron los alquileres. Con lo que el resultado de estos 10 años es de un barrio de apartamentos turísticos que tiene más vida en temporada alta. Eso si, el barrio no ha perdido su esencia y podemos ver junto a tiendas chic de artesanos , ropa tendidas en las ventanas y murales urbanos de todo tipo. A nosotros nos gustó mucho.

Vieille Charité.

De entre los edificios históricos destacamos la Vieille Charité en la calle del mismo nombre. Se trata de un antiguo hospicio de pobres, formado por un vasto cuadrilátero barroco de piedra rosada y blanca. En el interior un patio central con tres órdenes de arcadas que fue construido según proyecto de Pierre Puget entre 1671 y 1749.

Vieille Charité de Marsella
Vieille Charité.

En el centro de dicho patio se levanta una capilla barroca (1679) de cúpula elíptica precedida por un pórtico añadido en 1883. La entrada es gratuita y merece mucho la pena visitar sus salas dedicadas a la Arqueología mediterránea.

Aún siendo gratis tenéis que pasar por la billeterie y sacad vuestra entrada a coste cero, no lo olvidéis o tendréis que retroceder en la cola de este monumento tan visitado.

Vieille Charité
Vieille Charité.

Lamentablemente la ciudad y más concretamente este barrio perdió la gran mayoría de edificios de interés y viviendas particulares a causa de las voladuras provocadas por los nazis. Según nuestro guía turístico, hasta 1924 fueron destruidos, y solo 7 edificios de relevancia se mantuvieron en pie. Solo se conserva el 20% del casco antiguo, cosa que no ocurre con otras ciudades vecinas como Nice o Cannes. La década de los 50 del siglo pasado fue la de la reconstrucción del barrio.

Uno de esos fue el Hôtel Maison de L´Echevin de Cabre, palacete que fue propiedad de una rica familia de la Edad Media (hace más de 500 años). Si os fijáis en la fachada observaréis letreros con diferentes nombres de calles. Esto se debe a que fue cortado y trasladado 10 metros desde otro emplazamiento y movido 90º.

Maison de Cabre.

Hôtel-Dieu, hoy Hotel Intercontinental.

Hôtel Dieu es un término utilizado en la Edad Media para designar el principal hospital de la ciudad. Se trataba de establecimientos benéficos situados generalmente cerca de la catedral y gestionados por el Obispo. Hasta 1993 fue utilizado como hospital convirtiéndose posteriormente en Escuela de Enfermeros. Cerró sus puertas en el 2006 y quedaría abandonado hasta el 2013 y abierto esta vez como establecimiento hotelero de la Cadena Intercontinental con 5 estrellas.

Hôtel Dieu de Marsella
Hôtel Dieu.
Maison Diamantée.

Este edificio de más de 400 años fue afortunadamente uno de los que se libraron de la barbarie nazi. Su fachada con elementos en forma de punta de diamante nos recuerda a la Casa de los Picos de Segovia y a algunos palacios renacentistas de La Toscana. Fue edificada por unos ricos comandatarios español e italiano, siendo habitada por grandes familias marsellesas.

Maison diamantée de Marsella
Maison Diamantée
Hôtel de Ville, el Ayuntamiento.

La Casa Consistorial actual frente al paseo Quai du Port se ubica en un edificio que data de 1673. El edificio refleja la influencia de los palacios genoveses de la época o «loggia».

Se divide en dos partes: la parte original, compuesta por el Pabellón de Puget, que es la parte que da al puerto. Tiene un balcón con una magnífica vista sobre el Puerto Viejo, que pertenece a la alcaldía. El Pabellón está conectado con el Pabellón Bargemon por una especie de arco situado en la fachada posterior del edificio.

Ayuntamiento de Marsella
Ayuntamiento de Marsella.
Musée d´Histoire de Marseille. Aquí empezó todo.

Este museo podría ser un buen lugar para comenzar la visita a la ciudad ya que expone más de 4000 piezas de gran valor para ilustrar los 26 siglos de antigüedad de la ciudad de Marsella. Un dato muy a tener en cuenta es que la entrada es totalmente GRATIS e incluye un servicio gratuito de préstamo de audioguía. Eso si echamos de menos el idioma castellano, ¡con lo cerquita que estamos!. Así que tendréis que conformaros con el inglés, francés o italiano.

Desde el exterior podréis contemplar restos de una puerta y dos de las torres de las que disponía la antigua ciudad griega, resultado de la primera gran excavación arqueológica urbana en Francia (1967-1983). Como decimos en la introducción aquí empezó todo, a 4 metros debajo de la actual ciudad.

De entre las salas visitadas, calculad mínimo una hora, destacamos la dedicada a la Marsella romana, así como los restos de antiguas embarcaciones.

Nôtre Dame de la Garde y alrededores (6º Distrito).

El segundo día de visita lo dedicamos a esta zona de la ciudad al otro lado del Viejo Puerto. Ideal para recorrer a pie, aunque en las horas de máximo calor en verano hay que evitar ascender la colina que nos llevará a Nôtre Dame de la Garde.

Abbaye St-Victor.

La Abadía de San Víctor fue construida con un carácter defensivo tal y como podemos apreciar enlas sólidas murallas a las que está anexa. Se cree que en este mismo lugar hubo una antigua cantera griega y cuenta la tradición que aquí están enterrados algunos de los mártires de Marsella, entre ellos San Víctor.

La construcción originaria data del siglo V y la fundación de la abadía se atribuye a Saint Jean Cassien. En el siglo X fue residencia de los distintos obispos de Marsella. Durante la Edad Media se edificó la actual iglesia ampliando las murallas con la construcción de la llamada torre Isarn, la más bonita y mejor conservada.

Abadía de San Víctor
Abadía de San Víctor

Se puede visitar por solo 2 euros la cripta en la que se conservan importantes reliquias muy veneradas por los fieles. Junto a la cripta se halla la gruta de St. Víctor y la entrada a las catacumbas paleocristianas, restos de la antigua basílica del siglo V.

Jardin du Pharo.

Louis Napoléon Bonaparte se enamoró de la ciudad durante su visita en 1852 y expresó su deseo de establecer en este lugar conocido como la «Teste More» con una espléndida panorámica sobre el puerto una residencia frente al mar. En 1858, se colocó la primera piedra, aunque el nuevo príncipe que se convirtió en Napoleón III no tuvo la oportunidad de aprovecharlo, ya que en el momento de la caída del Imperio el palacio estaba inacabado.

Los jardines que llevan el nombre de Émile Duclaux cuentan con más de seis hectáreas, convirtiéndose en un remanso de paz con grandes zonas de césped para tumbarse a leer un buen libro.

Jardin du Pharo de Marsella
Jardin du Pharo.

El bonito edificio que lo preside alberga un Centro de Congresos con más 900 butacas.

Le Musée du Sabon.

Frente al Viejo Puerto (Quai de Rive Neuve) encontraremos este curioso museo sobre la historia de famoso jabón de Marsella. La entrada al museo es gratuita y cuenta con maquinaria y objetos relacionados con la industria del jabón. Los textos están en francés e inglés pero puedes solicitar unas hojas plastificadas en castellano.

Por 2€ puedes escoger uno de los jabones de la tienda anexa. Lo realmente interesante es el pequeño taller de elaboración de jabón. Tiene un coste de 5€ con explicaciones en francés o inglés.

Eso si, no esperéis confeccionar el jabón por vosotros mismos, vuestra actuación se limita a estampar un sello con la serigrafía que elijáis entro los tampones que encontraréis sobre la mesa. Por ese importe obtendréis una barra que podéis cortar en 4 pastillitas de jabón.

La visita se completa con un juego en el que tendréis que adivinar a través del olfato el aroma del que está hecha cada pastilla de jabón.

El jabón de Marsella está considerado el mejor del mundo. Debe tener un 72% de aceite de oliva, siendo el original el de forma de cubo de color verde oliva y sin perfume. Un truco para que no os timen en la gran cantidad de tienda en que lo venden es el el precio que ha de ser entre 3 y 4€ por un cubo de 300 gramos.

Palais de Justice.

El monumental edificio que acoge el Palacio de Justicia corresponde al modelo de los palacios de justicia construidos durante el segundo imperio francés.

Palacio de Justicia de Francia
Palacio de Justicia

La fachada principal da a la plaza Montyon. En el centro de la misma se encuentra una puerta monumental compuesta por una escalera de 25 escalones, un peristilo de orden jónico de seis columnas rematado por un frontón triangular sobre el que se representa la Justicia con a su derecha la Fuerza y ​​en el ángulo el Crimen agachado representado por una cabeza de hombre ya su izquierda la Prudencia y la Inocencia.

Muy cerquita se encuentra otro edificio muy particular conocido como el «Palais de la Caisse d’Epargne» (Caja de Ahorros) diseñado por el arquitecto Albert Tournaire e inaugurado el 20 de julio de 1904.

Al lado encontraremos otra sucursal de la Banque de France construida en 1886 con un estilo mucho más sobrio y menos decorado.

Prefectura de los Bouches-du-Rhône.

Este precioso palacio situado en la prolongación de la famosa rue Saint Ferréol (la principal calle comercial peatonal de la ciudad) data de 1862.

Nôtre Dame de la Garde.

Sobre un cerro rocoso a 162 metros de altura, lugar en el que anteriormente se erigía un fuerte del siglo XVI, se levanta Nôtre-Dame-de-la-Garde. Desde el cerro obtenemos unas fantásticas vistas de la urbe.

La iglesia fue reconstruida entre 1853 y 1870 en estilo románico-bizantino. Podemos dividir el conjunto eclesiástico en dos partes, a las que se puede acceder en ascensor.

La parte más baja consta de una cripta, excavada en la roca, que conserva una Virgen Dolorosa de mármol. También hay un crematorio iluminado con velas.

Por su parte, en la zona más alta se ubica el santuario, con bandas horizontales blancas, verdes y rojas.

Nôtre Dame de la Garde

El campanario está rematado por una estatua dorada de la Virgen de 9,70 metros de altura que domina toda la ciudad.

Nosotros subimos con el autobús 60 que cogimos frente al Vieux Port y bajamos caminando callejeando por el barrio. Si cogéis el tren turístico tiene parada allí.

Un paseo a borde del mar (7º Distrito).

Después de comer por los alrededores de la Prefectura, era el momento de relajarse tomar un poquito de sol a lo largo y ancho de La Corniche Kennedy, un paseo marítimo de más de 5 kilómetros que data de 1848.

Plage des Catalans.

Esta playa es la más céntrica y urbana de la ciudad, a solo 15 minutos del Puerto Viejo. No es una playa muy grande, y parte de ella está ocupada por canchas de voley playa. Existe un mirador desde el que se puede fotografiar la fachada marítima. Para ser abril estaba a tope!.

Vallon des Auffes.

Se trata de uno de los rincones más bonitos y recónditos de la costa marsellesa. En el siglo XVIII un pescador de origen italiano llegó hasta este lugar y construyó unas pequeñas cabañas. En el siglo XIX, los fabricantes de cuerdas se establecieron en este lugar en llamativas casas de colores que aún persisten y sus pointus, típicos barcos de pesca marselleses.

Vallons des Auffres Marseille
Vallon des Auffres

El pequeño puerto de pescadores alberga más de 50 pequeñas embarcaciones de pesca. La zona está llena de restaurantes con buenas vistas al mar.

Vallon des Auffres

Monument aux Héros de l’Armée d’Orient.

El origen del monumento remonta al año 1924, cuando se lanzó un concurso para crear un monumento nacional en honor de los soldados y marineros que murieron en Oriente y en tierras lejanas.

La obra fue finalmente inaugurada el 24 de abril de 1927 por el Presidente de la República Gaston Doumergue. Diseñado según el principio de un «pórtico al aire libre», las estatuas y ornamentos recuerdan a los combatientes del ejército, como los de la fuerza aérea, y a figuras femeninas con alas masivas que simbolizan el heroísmo.

Monument aux Héros de l'Armée d'Orient.
Monument aux Héros de l’Armée d’Orient.

El proyecto seleccionado fue el del arquitecto jefe de los Bouches-du-Rhône, Gaston Castel. 

Tour del Olympique de Marseille.

Todo amante del fútbol no puede perderse este tour por el estadio Vélodrome del Olympique de Marseille, uno de los clubes más laureados de Francia fundado en 1899. No es nada barato, como todos los tours de este tipo, 18€ adultos y 15€ la reducida con un descuento a los que hayan adquirido la tarjeta turística.

El estadio tiene una capacidad para más de 60.000 espectadores y ha acogido partidos del Mundial y de la Eurocopa. Durante el tour podrás fotografiarte con los trofeos, es el único equipo francés en conquistar una Copa de Europa (Champions) en 1993. También visitarás vestuarios, sala de prensa, palcos VIP.

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Diplomado en Turismo por la Universidad de Alicante y Licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Le apasionan los idiomas, habiendo estudiado en la Escuela Oficial de Idiomas de Elche, Inglés, Francés e Italia. Además es Guía Oficial de Turismo por la Comunidad Valenciana.

13 Comments

  1. He vivido 12 años en Marseille, la ciudad está muy cambiada pero sigue conservando su ambiente de ciudad mediterránea. Tengo intención de regresar. Gracias por tan bonito artículo.

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