“¡Murcia, que hermosa eres!”, con esta expresión definian al séptima ciudad de España en un viejo programa de televisión. Si es hermosa o no, lo tenéis que comprobar vosotros a través de este artículo y en una futura visita.
Lo que es cierto es que sigue siendo desconocida para muchos españoles, y no digamos en los grandes circuitos por España; y a nosotros que la tenemos a 60 km. de casa nos parece muy hermosa, y sobre todo una ciudad muy viva, con muchos actos culturales, plazas y jardines para aburrir (a cada cual más bonito) y una gastronomía muy rica, producto de la fértil huerta murciana y de la cercanía al mar mediterráneo.
Cómo llegar a Murcia.
Murcia se encuentra a unos 40 kilómetros del mar Mediterráneo, con lo cual es una excursión ideal si vuestro destino son la playas de la Costa Cálida.
El aeropuerto de la región de Murcia conocido como Aeropuerto de Corvera se encuentra a sólo 25 kilómetros y da servicio a toda la región. Actualmente existen dos líneas de autobús que unen el aeródromo con la capital murciana. La compañía que gestiona estos enlaces es Interbus.
La ciudad también está unida por servicios de autobuses directos con el Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández. El precio es de unos 6€.
También se puede llegar en tren desde Madrid a la Estación Murcia del Carmen con distintas combinaciones de ALTARIA con un trayecto de unas 4 horas y media. Todavía queda pendiente la conexión con el tren de Alta Velocidad que de momento llega hasta Elche.
También puedes viajar en tren con RENFE CERCANÍAS que une localidades costeras como Águilas o Cartagena, o la ciudad de Lorca con la capital; o si te alojas en la provincia de Alicante, la capital alicantina, Elche o Orihuela.
Qué ver en Murcia.
Parece ser que el topónimo de la ciudad no está de todo claro en cuanto a su origen. Algunas hipótesis lo atribuyen a Mirtea, una divinidad romana, creyéndose que la denominación de dicha diosa está relacionado con el latín myrtus, con el significado de “mirto” (un arbusto que podemos ver en el jardín botánico de la ciudad), evolucionando a Myrtea/Murtea/Murcia.
Una de las formas de visitar la ciudad es a través de un agradable FREE TOUR de un par de horas con Guruwalk. Nosotros lo hicimos con la guía turística Úrsula y quedamos muy satisfechos.
Puedes reservar cualquiera de estas visitas guiadas: Murcia esencial, leyendas, … a través de nuestro blog:
Catedral de Murcia.
Si os gustan las catedrales, esta sin duda os va a fascinar. Conocida como la Catedral de Santa María es uno de los iconos de la ciudad, cuyo campanario de 93 metros (el 2º más alto de España tras la Giralda sevillana) se ve desde muchos puntos de la urbe.
La catedral se sitúa en la Plaza del Cardenal Belluga (también conocida como Plaza de la Catedral), una de las más bonitas de la ciudad.
El templo está construido sobre una antigua mezquita musulmana tras la Reconquista del siglo XIII a manos del monarca Alfonso X El Sabio. En el interior de la catedral descansan las entrañas del rey.
Hasta el siglo XV no acabarían las obras de finalización del templo, fue consagrada en 1465, fruto de ello es la mezcla de estilos arquitectónicos y tendencias como el gótico (estilo original), el barroco, el renacimiento y el neoclásico.
Sin duda la Fachada Principal, obra de Jaime Bort, es una de las más bonitas, todo un retablo en honor a la Virgen, una joya del barroco levantino.
La fachada actual del Portada Mayor de Jaime Bort no es la original que era más austera. Es un trabajo de Jaime Bort, una joya del arte barroco levantino.
El campanario que es visitable fue construido entre 1521 y 1793 y tiene nada menos que 20 campanas. Mide unos 98 metros si contamos la veleta.
Su interior se puede visitar de forma gratuita por las tardes desde las 18:00 horas. Paseando por sus pasillos laterales podremos admirar capillas muy ostentontas dedicadas a familias poderosas como los Vélez (en estilo gótico) o la familia Junterón (renacentista).
También resulta imponente el órgano que data de 1854, en sustitución de uno anterior que pereció en un gran incendio en el año 1854. Se asienta sobre una sillería de madera regalo de la reina Isabel II.
Palacio Episcopal de Murcia.
En la misma plaza repleta de terrazas y rodeada de callecitas peatonales encontraremos el Palacio Episcopal.
El edificio data del siglo XVIII y da fachada a dos plazas, la del Cardenal Belluga y la de la Glorieta de España.
El Obispo Juan Mateo López Sáenz (1742-1752) fue el que impulsó la edificación de este palacio sobre el antiguo Alcázar Mayor (palacio musulmán) que fue derribado; una auténtica lástima, pues cuentan las crónicas que era inmenso y muy bello, situado frente al río Segura, cumplía la función de Palacio-Fortaleza.
Las primeras fuentes escritas que disponemos de Murcia son de la época musulmana. Sobre el solar del Palacio Episcopal y el Ayuntamiento se alzaba el Alcázar Mayor que fue derribado durante el siglo XVIII.
Podemos visitar su ornamental claustro desde el cual se divisa una bonita escalinata para acceder a las plantas superiores no visitables.
En la misma plaza se encuentra la Oficina de Turismo de Murcia, donde sus simpáticos informadores os recomendarán qué visitar tanto en la capital como en el resto de municipios de la Región de Murcia.
Casa Consistorial.
El Ayuntamiento de Murcia o Casa Consistorial es un bonito edificio en estilo neoclásico de fachada color rojizo que data del siglo XIX y se asienta sobre los cimientos del desaparecido Alcázar Mayor. Se ubica en Paseo de La Glorieta de España, un lugar muy agradable decorado con flores y fuentes para descansar en alguno de sus bancos.
Muy cerca de aquí se ubica el Palacio Almudí, lugar que antiguamente era utilizado como alhóndiga para almacenar el grano. Hoy en día alberga el archivo municipal de la ciudad
En la plaza encontrarás una escultura del Cardenal Belluga, obispo de Cartagena y figura clave en la historia contemporánea de Murcia. Os llamará la atención que un religioso porte una espada,… pero eso os lo contarán en la visita guiada.
Puente de los Peligros.
El Puente Viejo de Murcia o Puente de los Peligros sobre el río Segura está construido en piedra y data del siglo XVIII. Su construcción tan tardía responde a la sustitución de uno precedente en madera que fue arrasado en una crecida de aguas del río. Antes de su construcción se puso una especie de plancha de metal con pivotes para cruzar la otra orilla.
Parece ser que esta estructura temporal no daba mucha confianza a los vecinos que cruzaban del barrio de El Carmen al centro o viceversa, teniéndose que santiguar antes de pasarlo (costumbre que aún perdura entre los lugareños).
Es por ello que se decidió construir en el lado del barrio del Carmen, una camarín con una imagen de la Virgen de los Peligros. Lo que mucha gente no sabe es que dispone de un mecanismo especial, una especie de campana que comienza a tocar cuando tras una riada el cauce del río alcanza cierta altura.
Se trata de una especie de mecanismo para avisar del peligro, siendo la última vez que se activó el pasado año 2019 tras la catastrófica DANA que sacudió estas tierras del sureste español.
Si nos asomamos al río dese aquí podemos ver a la popular Sardina, símbolo de la cuaresma, pero que en esta ciudad se celebra después de las fiestas de primavera con el popular Entierro de la Sardina.
El cauce del río es un lugar ideal para pasear, ir en bici o practicar deporte; incluso se pueden alquilar barquitas. También hay una interesante avifauna.
Desde la Pasarela de la Manterola (peatonal) veremos restos de unos molinos del siglo XVIII que estuvieron en funcionamiento hasta la década de los años 60 del siglo pasado. En un principio se usaban para moler el grano y más tarde el pimentón rojo.
Por cierto a los seguidores del Real Murcia CF se les conoce como “los pimentoneros” 🙂
Paseo del Malecón.
Tras cruzar dicha pasarela peatonal en forma de vela de barco con su mástil nos encontraremos con uno de los grandes espacios de esparcimiento de los murcianos: el Paseo del Malecón.
Aunque no tenga mar, Murcia tiene su propio malecón, construido en el siglo XV como muro de contención ante las crecidas del río Segura.
Entre palmeras, árboles y flores, encontramos un pequeño Jardín Botánico con especies aromáticas de la tierra, como el mirto, planta de cuyo nombre, como hemos dicho antes, se cree que tiene su origen el topónimo de la ciudad.
En el paseo encontraremos una bella puerta, restos de un antiguo palacio del siglo XVIII y conocida como la Portada de la Casa del Huerto de las Bombas.
Este palacio fue derruido a principios del siglo XX.
La batalla del Huerto de las Bombas fue un enfrentamiento militar ocurrido el 4 de septiembre del año 1706 entre las tropas borbónicas, dirigidas por el obispo Luis de Belluga, y las austracistas junto a sus aliados ingleses y neerlandeses, en el contexto de la Guerra de Sucesión Española.
Mercado de Verónicas.
Este mercado es uno de los más castizos de la capital murciana. Se construyó en 1915 bajo las obras del arquitecto Pedro Cerdán en estilo modernista.
Tiene muchísimos productos de la huerta de Murcia y pescado de la bahía. Puedes comer cocinados algunos de los productos que allí se venden.
Murallas de Murcia.
Saliendo del mercado te toparás por sorpresa con parte de la que fuera muralla de Murcia que datan del siglo XII. La fundación oficial de Murcia se remonta al año 822 por Abderramán II.
Estas murallas son más tardías de época del conocido como “Rey Lobo”, cuyo nombre oficial era Abu Al-had Muhammad ib Sa´d, descendiente de una familia de aristócratas muladíes de origen mozárabe. Su apellido podría derivar de “hijo de Martínez”.
Un poco más alejado de centro histórico encontrarás el Centro de Interpretación de la Muralla Árabe de Santa Eulalia.
Plaza de las Flores.
La Plaza de las Flores y sus calles adyacentes, suponen una gran zona peatonal donde poder hacer una parada para tomar una tapa en alguna de sus terrazas.
El nombre lo recibe de los antiguos puestos de floristas, hoy más bien dedicados a la restauración, pero cuidando una exquisita decoración a base de flores y plantas.
En los alrededores hay tres interesantes templos: la Iglesia de San Pedro, templo construido durante el primer tercio del siglo XVII y reconstruido en la primera mitad del XVIII.
la Iglesia de San Bartolomé, una mezcla entre la de estilos que van desde finales del XVIII y el siglo XIX. Delante hay una imponente escultura del dios Mercurio.
y la Iglesia de Santa Catalina, uno de los templos más antiguos de la ciudad, asentado sobre la estructura de una mezquita islámica. Su estilo es denominado “iglesia morisca”.
Teatro Romea.
Este bonito teatro lleva más de 150 años ofreciendo los mejores espectáculos en Murcia. Su fachada tiene un estilo neoclásico y se encuentra coronada por los bustos de grandes compositores de la música como Beethoven, Mozart y Listz.
Es en este lugar donde nuestra guía Úrsula nos contó una de las leyendas de la ciudad vinculada al Teatro Romea.
En este espacio urbano hubo un antiguo monasterio dominico hasta el siglo XIX, fecha en la que fue derribado tras la desamortización de Mendizábal.
Desde entonces se dice que una maldición rodea al Teatro Romea:
La maldición de un monje dominico consiste en realidad en 3 maldiciones que sucederían cada vez que se llenase el Teatro Romea provocándose un incendio. En la primera no moriría nadie, y así sucedió.
En la segunda vez moriría quemado un espectador, y así ocurrió con la muerte de un joven que entró al teatro para comprobar si había supervivientes, muriendo solo él.
La tercera de las maldiciones dice que morirían todos los espectadores. Esto todavía no ha ocurrido y a modo de superstición no se venden todas las entradas del teatro.
La Iglesia Conventual de Santo Domingo y la contigua Capilla el Rosario son las construcciones que quedan del antiguo conjunto desaparecido de la Orden Dominica.
Real Casino de Murcia.
El Casino de Murcia es otra de sus joyas más preciadas, un edificio construido en estilo ecléctico creado en la segunda mitad del siglo XIX como lugar de reunión de la burguesía adinerada.
Cada sala es única, unas en estilo arabesco, otras repletas de frescos, salones de baile, biblioteca, etc. La entrada es de pago: 5€ adultos, 3€ estudiantes, jubilados y desempleados. Con tu entrada te prestan una completa audioguia.
Convento de Santa Clara.
Una de nuestras visitas favoritas fue la del Museo y Convento de Santa Clara. El origen de este lugar mágico se remonta al siglo XIV, época en la que fue levantado el desaparecido alcázar musulmán.
La visita comienza en el patio donde se encuentra la alberca, una de las más grandes de Europa, que fue descubierta casualmente en el siglo XXI tras unas obras de rehabilitación.
Además de su tamaño, lo que hace único a este conjunto ornamental, son sus cuatro jardines, uno en cada extremo, y cada uno dedicado a una estación del año con sus árboles frutales.
Nos tendremos que conformar con verlo desde un crista, ya que todavía quedan algunas monjas de clausura en su interior.
Encontraremos también restos de un antiguo palacio musulmán, de la época del Rey Lobo, restos cerámicos de la época y piezas tan raras como la representación de figuras humanas como una flautista en un trozo de lienzo de una pared. Algo muy raro en la religión musulmana y el arte islámico en concreto.
Otra de las colecciones del museo es la de imágenes religiosas, muchas de ellas entregada como dote de las jóvenes que entraron al Convento para servir a Dios. Es muy bonita la colección de imágenes del Niño Jesús, y realmente impresionante el Cristo de Francisco Salzillo, una de las pocas representaciones en las que aparece muerto y no muriendo.
La entrada al complejo es gratuita, y además hacen visitas guiadas sin coste alguno.
Museo de Arqueología.
A escasos metros del Convento anterior, en la misma Gran Vía de Alfonso X El Sabio, encontraremos el Museo Arqueológico de Murcia. La entrada también es totalmente gratuita. Consta de varias plantas y encontraremos fondos de toda la Región de Murcia.
En especial nos gustó mucho la sala íbera y su colección de vasijas en estilo Elche-Archena, y la sala dedicada a Roma
Compras en el centro.
El casco antiguo es todo un paraíso para las compras. Su eje principal son las calles peatonales: Trapería, Platería y Jabonerías. El nombre de estas calles medievales hace referencia a los mercaderes de seda, terciopelo, joyas o plata que aquí se implantaban. Hoy en día albergan tiendas muy estilosas y bares de tapas.
Qué comer en Murcia.
Ya hemos comentado algunas de las zonas del centro que concentran más locales de restauración: la Plaza de la Catedral y sus calles adyacentes, la Plaza de las Flores y sus alrededores, y las peatonales Trapería o Platería.
¡Que vamos a decir de la gastronomía de Murcia!… pues que es un paraíso para los amantes del picoteo y de las tapas.
No puedes marcharte sin probar las MARINERAS: una rosquilla de pan alargada con ensaladilla rusa y una anchoa; o el MATRIMONIO: que añade a la anterior un boquerón en vinagre.
También existe el ZARANGOLLO: revuelto de calabacín, huevo, patata y cebolla; los MICHIRONES: habas hervidas; la MORCILLA DE VERANO: sin carne, a base de berenjena, cebollas y especias; o el PISTO MURCIANO.
Los salazones de la bahía, ensaladas con productos de la huerta y arroces completan su dieta. Y de postre no te vayas sin probar los PAPARAJOTES con una hoja de limón.
Dos de nuestros bares favoritos son “Los Zagales” y “Las Mulas” 🙂
Nos quedó en el tintero visitar otros recursos turísticos de la ciudad y su municipio como el Museo de Salzillo, el Castillo de Monteagudo (a unos 5km.) y el Santuario de la Fuensanta en una pedanía,… una excusa más para volver a la hermosa Murcia.
Del mismo modo os recomendamos otros destinos de la Región de Murcia como: