El pasado Roscón de Reyes nos autoregalamos una estancia de 3 días en la ciudad de Cuenca. Una histórica ciudad que merece ser visitada sin prisas, pues son muchos los rincones que merecen ser fotografiados, desde una coqueta plazoleta hasta una fachada centenaria, pasando por sus estrechas callejuelas propias de una villa castellana del Siglo de Oro.
♦ Cuenca, Patrimonio de la Humanidad.
El casco antiguo de la ciudad entró en la lista de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Reconocimiento muy bien merecido basado en los siguientes criterios «exhibir un intercambio de valores humanos dentro de un área cultural del mundo en el desarrollo de su arquitectura, tecnología, artes, urbanismo y diseño paisajístico y por ser un ejemplo destacado de conjunto arquitectónico que ilustra etapas significativas de la historia de la humanidad».
Pasear por su casco antiguo es descubrir un buen ejemplo de ciudad medieval fortificada que ha conservado su paisaje urbano original manteniendo un gran número de ejemplos de arquitectura tanto secular como religiosa desde los siglos XII al XVI.
La declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO afecta no solamente al Casco Antiguo y al barrio del Castillo, sino también a las hoces de los ríos Júcar y Huécar que lo rodean y a los barrios de San Antón y Tiradores.
Para ello se tuvo en cuenta como la antigua ciudad amurallada se mezcla con el paisaje que la envuelve.
♦ Un poco de historia.
El actual emplazamiento de la ciudad entre dos barrancos, el del río Huécar y el del Júcar, es de origen árabe (784).
Según la tradición, el rey Alfonso VIII de Castilla puso cerco a la ciudad de Cuenca el día de la Epifanía de 1177 entrando triunfante en la misma el 21 de septiembre del mismo año. Es por ello, que la ciudad celebra sus fiestas patronales en honor a San Mateo. Con la conquista la ciudad musulmana pasó de tener unas 1000 almas a más de 5000 con la población cristiana. Es por ello que ante el reducido espacio que quedaba para construir nuevas viviendas, se tuvo que edificar al borde del barranco, quedando como testimonio de la época (s.XII) lo que hoy conocemos como Casas Colgadas.
Cuenca se convirtió en una importante potencia financiera gracias a la producción textil, con la fabricación de paños y alfombras. Esta bonanza económica supuso que la población de la ciudad alcanzara los 16.000 habitantes en el siglo XVI. La falta de espacio como sucediera tras la conquista supuso la construcción de edificios de hasta 12 alturas, que son considerados hoy en día, los primeros rascacielos en Europa.
En ese mismo siglo (1588) una terrible epidemia de peste acabó con gran parte de la población. A esta le siguió en el s.XVII una larga sequía y varias plagas de langostas que trajo como terrible consecuencia una merma de población que se redujo a los 1500 habitantes.
Fue a lo largo del s.XIX cuando se conformó la ciudad actual. Durante la Guerra de la Independencia la ciudad resultó saqueada varias veces, y con ello la población diezmada.
Es a partir de la posguerra (años 50) cuando se construye la Cuenca moderna, la que es llamada por la población como centro de la ciudad, que no centro histórico. Esta nueva zona es un importante centro de servicios y comercial, donde reside la mayoría de los 55.000 habitantes que actualmente posee la ciudad, mientras que la parte alta de la ciudad, es más turística, ya que es donde se emplazan los monumentos y museos.
♦ Nuestro alojamiento en la capital.
Como bien sabéis viajamos siempre que podemos con nuestra perrita Lola, y es por ello que nuestra oferta se acota a establecimientos que acepten mascotas. Como también queremos que esté cómoda en un lugar con más espacio, escogemos apartamentos turísticos en lugar de habitaciones de hotel. En esta ocasión nos alojamos en un lugar muy original, un apartamento dentro de una cueva y en pleno casco antiguo.
Apartamentos Cueva del Escardillo, tiene capacidad para 4 personas y ofrece servicio de desayuno (bollería, tostadas, mermelada, leche, café…). También tienen el detalle de dejarte una cesta con fruta variada y otra con verdura para hacerte una ensalada. Es un apartamento de 2 plantas rústico pero funcional, muy bonito y con un balcón que da al río con una vista espectacular.
Si viajas con tu perro no te cobran suplemento. Sin duda repetiremos.
♦ Que ver en Cuenca en un fin de semana.
En un fin de semana, teniendo en cuenta que los domingos por la tarde cierran los museos, no da tiempo a visitar todos los puntos de interés. Pero si podéis hacer una agradable visita guiada por el casco antiguo por la mañana o por la noche, a nosotros nos encantan, y de este modo sacar mejor provecho a vuestra estancia en la ciudad.
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A continuación detallamos lo imprescindible en tu visita a la ciudad:
1.) Las Casas Colgadas.
Las Casas Colgadas, mal llamadas «casas colgantes» son el icono de la ciudad. Fueron construidas en el siglo XIV por la necesidad de construir más vivienda ante el aumento de la población tras la conquista cristiana. En aquella época sólo era posible construir al borde de las Hoces del Río Huécar.
Hubieron hasta ocho casas colgadas pero ante la despoblación del casco antiguo durante el siglo XIX la mayor parte fueron demolidas, quedando en pie hoy en día, sólo tres casas del s.XIV.
El Ayuntamiento las compró por 1.500 pesetas para conservarlas y en 1966 abrió sus puertas el “Museo de Arte Abstracto Español” de la Fundación Juan March en dos de las casas.
2.) Los rascacielos de Cuenca en el barrio de San Martín.
Si pensabais que los primeros rascacielos de España se construyeron en Benidorm, estáis muy equivocados. Fue la ciudad de Cuenca la primera en Europa en tener en su skyline edificios de hasta doce alturas. Se trata de viviendas muy estrechas de unos 2,20 cm que en muchos casos cuentan en el zaguán con una puerta para subir y otra para bajar.
El casco histórico está construido sobre una colina que da a las hoces del río siendo su principal eje viario, la calle Alfonso VII, construida en una ligera pendiente. Esta arteria urbana alberga unas bonitas viviendas de tres o cuatro plantas pintadas en vivos colores, pero lo sorprendente es como en la fachada posterior se prolongan hasta las doce alturas, he aquí los famosos rascacielos de Cuenca.
El gran Pío Baroja escribió en su día sobre estas curiosas vivienda. » Cuenca, donde los burros se asoman a los balcones»
No se sabe el motivo por el cuál, las fachadas que dan a Alfonso VII, están pintadas de colores. Pero como curiosidad, cabe destacar el marco de pintura blanca que rodea la entrada a las casas, llamado blincada. Se dice que en su día se pintó de este modo como medida de seguridad ante los robos en las casas en la oscuridad de la noche.
3.) Plaza Mayor de Cuenca.
Es el centro neurálgico de la ciudad, pero no esperéis ver una plaza porticada, sino una plaza abierta por donde transitan coches y el autobús urbano que sube hasta el barrio del castillo, la zona más alta de la ciudad.
La plaza está llena de tiendas de artesanía y productos gastronómicos y también hay buenos bares. Los edificios más interesantes que aquí podemos contemplar son la Catedral, el Convento de las Petras del siglo XVI y el Ayuntamiento.
La Casa Consistorial es un notable edificio de estilo barroco, levantado sobre tres arcos de medio punto. Su construcción se remonta al año 1762, en tiempos de Carlos III.
4.) Catedral de Cuenca.
El templo se asienta en el solar que ocupara la mezquita musulmana antes de la conquista por el rey castellano Alfonso VIII. En el siglo XII, por medio de una bula papal se erigió Catedral bajo la advocación de Santa María. Es Monumento Nacional desde 1902.
Algunos expertos la consideran el primer templo gótico construido en España, aunque cuando comenzó su construcción a finales del siglo XII la corriente arquitectónica que dominaba España era aún el románico. Fue gracias a la esposa del rey y su influencia normanda que tenemos hoy en día esta joya en Cuenca. La fachada exterior, que nos recuerda a las catedrales francesas, es de estilo neogótico y fue realizada en el s.XX.
5.) Barrio del Castillo.
Es el barrio más alto de la ciudad, situado extramuros. Es un barrio de viviendas de plantas bajas con encanto, ya que posee unos excelentes miradores sobre las hoces del río y la ciudad. Tiene una gran oferta de restauración y locales de copas.
Las ruinas de lo que fuera el Castillo de Cuenca, dan nombre al barrio. Hoy en día, desgraciadamente, sólo queda un muro y un arco en la puerta de entrada (arco de Bezudo) de lo que fuera una importante fortaleza musulmana y posteriormente cristiana, en época de Felipe II.
6.) Puente de San Pablo y Parador de Cuenca.
El primitivo Puente de San Pablo era de piedra y databa de 1560. A finales del s. XVIII empezaron a producirse hundimientos sobre el mismo y en 1895 una gran nevada provocó la caída de uno de sus arcos. Fue en este año cuando se tomó la decisión de demolerlo con dinamita tras más de tres siglos de historia. Fue entonces cuando comenzó la construcción de un nuevo puente de hierro a la moda de la época, como se hizo en París con la famosa Tour Eiffel.
Sus dimensiones son de 106 metros de longitud y 40 metros de altura sobre el Río Júcar, lo que le convierten en uno de los más bellos miradores sobre la ciudad. Todavía se conservan, a modo de recuerdo, restos del anterior puente de piedra en los extremos.
Desde aquí divisamos uno de los más bellos edificios de la ciudad, el Convento de San Pablo, desde 1993 Parador Nacional de Turismo. El edificio fue levantado en 1523 como Convento de los Padres Dominicos por el canónigo Juan del Pozo y Pino sobre la roca de la hoz que da al río. La iglesia es de estilo gótico decadente y la portada de transición del barroco al rococó.
6.) Plaza de La Merced.
Poco o nada queda de lo que fuera en su día el barrio de la judería de Cuenca. Como todos sabemos la población que allí vivía fue asaltada y expulsada de la ciudad como sucediera en el resto de la península.
En este espacio urbano, se pueden apreciar tres nobles edificios. Por un lado, tenemos el Seminario Conciliar de San Julián, con una exquisita portada barroca del siglo XVIII. En la biblioteca del Seminario se realizan actividades culturales como conciertos que en verano se trasladan al exterior de la plaza por su excelente acústica.
A la izquierda del Seminario, se alza la Iglesia de la Merced, del mismo siglo que el anterior. En su portada se puede leer la inscripción «Inicio Sabiduría el temor de Dios».
Justo enfrente se alza el antiguo Palacio de los Hurtado de Mendoza, actualmente, Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha.
7.) Torre de la Mangana.
El término mangana proviene del árabe y significa «reloj». Pero también «catapulta». Se cree que la torre antiguamente pudo ser una catapulta para lanzar piedras contra los enemigos que atacaban la ciudad. Del conjunto sólo queda la torre del siglo XVI. Esta torre que a nosotros nos recuerda a las de las ciudades toscanas de Firenze y Siena, ha sido muy modificada, pasando de estar pintada en rojo y dorado, al estilo de los minaretes árabes, a colocarle en los años 70 del pasado siglo, las almenas que hoy apreciamos, y que no son originales.
La Torre se asienta en el solar que ocupaba el antiguo alcázar árabe. Hay restos arqueológicos de esta época, como aljibes, viviendas o un lienzo de la muralla. La plaza es también un mirador de la ciudad. En el centro de la misma se alza una moderna escultura, monumento a la Constitución Española.
8.) Las Hoces del Río.
El casco antiguo de Cuenca, como hemos comentado, se ubica en lo alto de un cerro rocoso, bordeado por la hoz del río Júcar y la de su afluente, el río Huécar. Tras la conquista cristiana, la ciudad creció hasta sus límites, tuviendo que construir viviendas al borde de las hoces del río, para más tarde comenzar a expandirse hacia el sur.
Las hoces de los ríos, suponen un auténtico pulmón verde para la ciudad, y sobre ellas transcurren varias rutas senderistas de diferente duración.
♦ Gastronomía conquense.
La gastronomía conquense es muy variada abundando los platos de cuchara y las carnes de cordero y cerdo. Como ciudad castellana no podéis iros sin probar un delicioso queso manchego.
Entre sus especialidades destacamos también los siguientes entrantes:
Zarajo: aperitivo a base de tripas tiernas de cordero en torno a dos ramillas de sarmiento.
Morteruelo: A base de carnes variadas, perdiz, liebre, conejo, cerdo.
Ajoarriero: también conocido como atascaburras. Se elabora con patata, bacalao, pan rallado y huevo cocido.
Cuenca, una ciudad que no te decepcionará en cualquier estación del año que la visites.
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