El río Vinalopó
El nombre de Vinalopó parece provenir del árabe بنلوب (binalūb), derivado éste a su vez del latín Pinna Lupi (‘peña del lobo’). Históricamente se ha denominado también Vinalapó, Vinalapós o Vinapaló. Se le ha identificado también con el latino Alebus, en el que supuestamente pereció ahogado Almirkar Barca.
Su profundo cauce, a su paso por el casco urbano de Elche, ha marcado el desarrollo y la configuración urbana de la ciudad, que ha ido de la mano de la construcción de los sucesivos puentes. El trazado fluvial corta la ciudad en dos, a lo largo de sus más de 3 kilómetros de trayecto urbano, siendo la única localidad que cruza antes de desembocar en una azarbe- canal de desagüe- del campo ilicitano, que se encarga de conducir sus escasas y salobres aguas a la vecina bahía de Santa Pola.
El Vinalopó nace en Bocairent, en la provincia de Valencia, pero pronto se adentra en tierras alicantinas, que atraviesa en sentido noroeste-sureste.
Los romanos construyeron una red de riego y abastecimiento en toda la zona rural, ampliada posteriormente por los árabes. El principal ramal era la Acequia Mayor, que surcaba la villa medieval y aún continua utilizándose. La alta salinidad del agua, junto con su contaminación a causa de vertidos industriales, hace inviable su uso para otra cosa que no sea el riego de las resistentes palmeras.
Su cauce, una amplia y profunda rambla, se ha convertido en un auténtico pulmón verde para la ciudad, gracias a los trabajos de canalización y revegetación de las laderas realizados entre los años sesenta y ochenta.
Artistas procedentes de varios países de Europa, Asia y América realizaron en 1993, convocados por pintores locales, el que fue certificado como mayor mural del mundo, El Proyecto Vívora, a lo largo de todo el lecho urbano del río. Posteriormente en el año 2014, se repitió el proyecto.
El Puente de Santa Teresa
El puente de la Virgen o de Santa Teresa, es el más antiguo. Primero fue de madera y unía el casco antiguo con el barrio de Santa Teresa alrededor del convento de San José. La construcción de este convento hizó surgir a su alrededor un nuevo núcleo de población, denominado el Raval de Santa Teresa., además de favorecer la salida de la ciudad de Elche hacia Orihuela. Poco después, en 1673, el Concejo municipal decidió sustituir el puente de madera por uno de piedra.
Las obras se iniciaron en 1705, aunque se paralizaron inmediatamente y no se reanudaron hasta 1715. Se trataba de un viaducto de un solo ojo y cuando aún no estaba terminado, en 1751, unas lluvias torrenciales le causaron graves daños, por lo que hubo que reconstruirlo, esta vez con dos ojos finalizándose cinco años después. Se añadieron dos hornacinas con las figuras de la Virgen de la Asunción y San Agatángelo, patrones de Elche.
Durante la Guerra Civil el puente sufrió daños en su estructura y en los símbolos religiosos, pero al finalizar el Ministerio de Justicia instó a levantar los elementos religiosos devastados y se restituyeron las hornacinas uniendo los esfuerzos del Ayuntamiento y las familias de Antonio Brotons y Joaquín Serrano. Los escultores Ignacio Esteban e Ignacio Castell se encargaron de hacer las réplicas de las primeras tallas de José Gutiérrez. Bajo las figuras hay dos placas de mármol que cuentan la historia del puente: en una se narra la riada de 1751 y en la otra la reparación de las ruinas.
Son mucho los ilicitanos de todas las edades que se santiguan al pasar por el lugar, siguiendo una antigua tradición. Al pie de las imágenes, de 1956, se colocaron lápidas dando cuenta de las inundaciones que causaron la rotura del viaducto en 1751, y su posterior reconstrucción.
Como curiosidad comentar los actos vandálicos que las imágenes de los patronos han sufrido a lo largo de la historia. En 1883 la talla de la Virgen sufrió un acto vandálico: se le rompió la mano derecha y perdió la corona; entonces no había dinero para comprar una corona y se tapó la imagen con una sábana blanca hasta que se pudo restituir. En 1923 un hombre disparó con una escopeta a la imagen de la Virgen y le dañó el rostro y parte de la corona. A partir de ese momento se decidió cerrar las hornacinas con cristales. El último incidente tuvo lugar en 2011, cuando un hombre rompió los adornos de la hornacina de la Virgen. Una rehabilitación finalizada en 2005, ha incorporado 17 farolas con cerámicas con escenas del Misteri en sus bases, realizadas a partir de dibujos del pintor local Sixto Marco.
El puente de Canalejas
El segundo puente urbano que se tendió para salvar el cauce del Vinalopó fue el de Canalejas (llamado Pont Nou- puente nuevo- para distinguirlo del de Santa Teresa, Pont Vell, el viejo). Finalizado en 1913, fue uno de los primeros puentes españoles ejecutado con cemento armado. El tablero se sujeta sobre un solo arco que acaba en dos grandes machones prismáticos con cuatro pilastas de piedra con farolas. El puente comunicó la Corredora, carretera de Elche a Alicante a su paso por el casco urbano con la nueva zona de ensanche, al norte del Pla de Sant Josep, con la calle Reina Victoria como eje. Su acera norte se inicia con uno de los edificios más populares de la ciudad, la casa Falcó (1941-1952), concebido como inmueble de viviendas de alquiler.
Este puente es un paradigma del estado de la técnica de construcción en hormigón armado en España tanto como desarrollo del entonces nuevo material como de su aplicación en el diseño de puentes.
Hay que destacar sus aspectos técnicos innovadores. Con sus 50 metros de luz libre (abertura entre apoyos de la bóveda) fue record de España de puentes de bóveda de hormigón armado. Fue calculado aplicando métodos innovadores alejados de los convencionales y empíricos que se utilizaban en el siglo XIX. El tablero del puente (la losa superior por la que circulan vehículos y peatones), también de hormigón armado, está fuertemente vinculado a la bóveda lo que aporta gran rigidez al conjunto y sin duda contribuye a que este puente permanezca en servicio cien años después de su inauguración, sin haber requerido intervenciones de refuerzo estructural como consecuencia del aumento de las cargas de tráfico con relación a las que se utilizaron para su cálculo.
La decoración del puente de Elche evidencia una voluntad de dar al puente una monumentalidad que se manifiesta en los castilletes que enmarcan sus dos extremos. Otro aspecto formal que también hay que destacar como es el tratamiento de los tabiques que conectan el tablero con la bóveda terminan en unas aberturas en toda su altura que no tienen ninguna función estructural y que constituyen un artificio para crear un espacio más diáfano bajo el tablero.

El puente de Altamira
En 1962 se acabó el puente de Altamira, junto al palacio fortaleza del mismo nombre. Para su construcción y la apertura de la calle Diagonal del Palau, se derribó el histórico barrio de Filadors– Hiladores- con las casas de la Virgen (llamadas así por hallarse en parte del huerto de la Patrona, posteriormente integrado en el Parque Municipal), que ocupaba el espacio entre Santa María y el parque. La nueva zona se denominó Traspalacio.
El puente del Ferrocarril.
La expansión hacia el norte hizo necesario un nuevo puente. Llegó en los años setenta con el soterramiento de la vía del tren, que atravesaba Elche de oeste a este, constituyendo una auténtica barrera o frontera entre el emergente barrio de Carrús y el resto de la ciudad. El viaducto que sustituyó al pont de ferro tiene un nivel inferior para el ferrocarril, reservándose el superior para el tráfico rodado y los peatones. Está integrado en el principal proyecto urbanístico de comienzos de los ochenta: La avenida de la Libertad.
El pont de la Generalitat.
El quinto puente se alza en la zona sur de la ciudad. Junto al acueducto del tercer canal de Riegos de Levante, construido en los años veinte del pasado siglo, se levantó el Puente de la Generalitat, atirando, con una única pila central e inaugurado en 1993. Comunica el Pla y la antigua vía de circunvalación sur, la calle Pedro Juan Perpiñán, con los barrios del Raval, Matadero y Altabix.


El pont del Bimil.lenari
En 2000 se abrió el mayor y más espectacular, el Puente del Bimil.lenari, integrado en el nuevo eje viario de la Ronda Norte. Fue el primer puente colgante construido en España desde 1909, con un tablero de 165 metros de largo y 23 de ancho, con una única torre de 47 metros de altura.
Puente de la Ronda Sur.
Ha sido el último puente en construirse. Finalizado en el año 2013, constituye un arco metálico superior con tablero de losa ortótropa.
Pasarelas del Pintor Vicent Albarranch y del Mercat.
Se trata de dos pasarelas peatonales que cruzan el cauce del río. La primerra de ellas, une el barrio de Santa Teresa con el barrio del raval. Las pasarela del Mercat, une el mercado central con el ensanche, por la avenida de la Comunitat Valenciana.
El Valle trenzado
En 2009 el Ayuntamiento de Elche convocó un concurso internacional para la rehabilitación de las laderas del Río Vinalopó. Aranea gana el concurso planteando un sistema de trenzado de caminos que permitía conectar ambas orillas así como las distintas plataformas intermedias que el sistema iba rescatando.
El Valle Trenzado potencia el bosque de ribera autóctono compuesto de tarais (tamarix boveana y tamarix canariensis), se complementa, en las zonas más urbanas, con nuevos bosque de especies de hoja caduca donde el principal protagonista es Populus spp. Un conjunto de especies arbóreas (Ulmus pumila, Celtis australis, Pinus pinea, Ficus carica, Ceratonia siliqua, Ginkgo biloba, Salix babilonica,Sophora japonica, Paulonia tomentosa, Jacaranda mimosifolia, Tipuana Tipu, Melia azederach,…) de diferente color y porte van marcando las zonas. Los diferentes jardines en forma de lágrima que forman los caminos que trenzan el valle se revegetalizan con más de 200 especies de porte herbáceo y leñoso, donde conviven especies espontáneas con otras cultivadas, creando un ecosistema de gran riqueza y belleza, que se convierte en el corredor verde que une las diferentes zonas verdes, patrimonio natural y cultural de este enclave.