Almuñécar es un municipio costero de la provincia de Granada con una rica historia detrás. Actualmente es un importante centro de vacaciones y lugar de segunda residencia de familias andaluzas que residen en municipios de interior.
Cuenta con una superficie de 83,36 km² y está formado por los núcleos urbanos de: Almuñécar, La Herradura y Velilla-Taramay.
El municipio puede presumir de casi no tener invierno, pues la temperatura media es de 18 grados todo el año y la media de días soleados al año es de 321 días. Este micro-clima subtropical hace que sea un lugar ideal para visitarlo en cualquier época del año y para disfrutarlo toda la familia.
Un poco de historia.
Almúñecar cuenta con un glorioso pasado, teniéndonos que remontar al año 1500 a. de C, para ver a sus primeros pobladores que introdujeron la cultura argárica en la Edad del Bronce. La ciudad fue llamada Ex por los fenicios quienes dejaron un legado cultural importante como la necrópolis de Puente de Noy donde se hallaron hasta 200 tumbas.
Existe un bonito monumento en bronce a la cultura fenicia erigido en el Paseo del Altillo. El escultor fue Miguel Moreno Romera.
Posteriormente llegaron los romanos, a finales del siglo IX a.C., y la ciudad pasó a llamarse Firmum Iulium Sexi, que significa fortaleza de la loma. Este pueblo era conocido por sus exportaciones de salazones de pescado y el valioso Garum, pero también por la construcción de edificios civiles como templos y otras obras como acueductos o cuevas.
En el año 755 llegaría con la llegada de Abderramán I pasó a formar parte de la corona de Elvira, convirtiéndose en un punto importante de la costa. en sus fértiles huertas se cultivaba caña de azúcar, pasas, plátanos y otros frutales. En esta época se construiría el Castillo de San Miguel y la medina con su mezquita y arrabales. En 1489 con la caída de Baza, toda la costa de Granada fue rendida pasando a manos cristianas.
El monumento a Abderramán I homenajea el desembarco del príncipe Omeya que venía de Damasco en el año 755, a la llegada de la costa de Almuñécar.
También existe un monumento a Abderramán I frente a la playa de San Critóbal.
Para sacar el máximo partido a tu visita reserva con nosotros una visita guiada de CIVITATIS.
Qué ver en Almuñécar.
Recomendamos visitar la ciudad por el monumento más destacable, el Castillo de San Miguel, no sólo por tener una primera aproximación a la historia local, sino también por evitar las horas de más calor, si lo hacéis en verano.
Su silueta se divisa desde cualquier punto de la población al estar construido sobre una colina, conocida como el cerro de San Miguel. Si bien su construcción se atribuye a los árabes, convirtiéndose en residencia de descanso de la dinastía nazarí en el siglo XIII, se han hallado restos cerámicos de la época fenicia y de una fortaleza romana. De hecho en lo que es el cerro se superponen los restos de tres castillos romano, islámico y cristiano.
En 1489 sería entregado mediante una capitulación por Caid Ibn al-Hay a los Reyes Católicos y desde entonces lleva el nombre del Patrón de la ciudad.
Del siglo XVI, a finales del reinado del rey Fernando, corresponden la construcción del puente levadizo, del foso y de la fachada de acceso con sus cuatro torreones circulares.
En 1812 lo ocuparon las tropas francesas y posteriormente fue bombardeado y liberado por la flota inglesa. Posteriormente fue utilizado como cementerio local hasta mediados del siglo XX.
Restos tumbas romanas
El precio para la tarifa general es de 2,35€ e incluye la visita al Museo Arqueológico en la cueva de Siete Palacios. Merece la pena su visita tanto por su contenido cultural como por las vistas panorámicas de todo Almuñécar y su bahía.
Como hemos comentado la entrada incluye la visita a la Cueva Siete Palacios (calle San Joaquín) muy cerquita y convertida en Museo Arqueológico.
Estas bóvedas o “cuevas” fueron realizadas por el pueblo romano en el sótano de un templo en honor a la diosa Minerva. Su nombre proviene de la creencia en que esta construcción se basaba en una bóveda central y siete más cortas adosadas.
El museo conserva piezas muy valiosas como un vaso egipcio con inscripciones del siglo XVII a.C. que perteneció a la época del faraón Apofis I.
En el entorno de la fortaleza se asienta el Barrio del Castillo, una zona de calles estrechas y fachadas blancas, típicas de los pueblos andaluces de baja altura y ornamentadas con plantas. Merece la pena perderse callejeando por aquí y sacar fotografías únicas.
Algunas de las fachadas están especialmente adornadas para participar en el concurso anual de engalanamiento que el Ayuntamiento organiza anualmente.
Siguiendo con la arqueología, en este caso romana, cuando pases por el casco antiguo, alrededores de la Casa Consistorial, no te olvides de ver el Pilar de la calle Real, pues queda algo desapercibido. Se trata de una fuente de origen romano que era abastecida a través de un acueducto de la misma época. En la actualidad su función es puramente ornamental. Personalmente, pienso que debería tener una placa protectora para evitar su deterioro.
Paseando por el centro encontraremos las ruinas de lo que fuera la Factoría de Salazón de Pescado (calle Nueva) de origen púnico-fenicio. Con este monumento arqueológico podemos entender la importancia que tuvo la industria del salazón de pescado y el garum en la economía del municipio entre finales del siglo V a. de C. y comienzos del siglo IV. a. de C.
El garum era una salsa de pescado preparada con vísceras fermentadas muy extendida en la gastronomía romana.
Las excavaciones realizadas en el yacimiento han sacado a la luz materiales cerámicos y monedas que demuestran los 8 siglos en los que estuvo en marcha la factoría del salazón de la antigua Sexi en Hispania.
Junto a los restos de la factoría, se ubica uno de los pulmones verdes de la población, el Parque del Majuelo. Se trata de un gran jardín público con una superficie de 5 hectáreas. Cabe destacar su vegetación que cuenta con una amplia variedad de especies subtropicales de todo el planeta: África, Filipinas, Nueva Zelanda y América Central y del Sur.
Plaza de Damasco
Por otro lado, os llamarán la atención las grandes esculturas repartidas por el parque realizadas por artistas sirios. Existe un hermanamiento cultural con este país asiático, no obstante, hay una plaza que lleva el nombre de la capital siria, Damasco, en conmemoración del III encuentro hispanoárabe celebrado en 1986.
Muy cerquita del parque se alza un bonito edificio en estilo árabe, se trata del Palacete de los Najarra, actual Oficina de Turismo. La visita es más que recomendable tanto para informaros de las actividades culturales y de ocio de la localidad como por presenciar algunos de los tesoros que esconde.
Fíjate en los detalles pictóricos del techo y las paredes con motivos arabescos, así como en la azulejería. Este palacete fue construido a mediados del siglo XIX en estilo neoárabe y alberga otra construcción no visitable. Eso si, puedes asomarte al jardín en estilo árabe si quieres tomar un bonito recuerdo en forma de fotografía.
El Parque del Majuelo y el Jardín Museo del Bonsái harán las delicias de todo amante de la botánica.
Los amantes de la botánica harán sus delicias en el Jardín Museo del Bonsái que alberga una de las colecciones más completas de esta especie en España en un espacio de 2000 metros cuadrados. Encontrarás especies de todos los lugares de mundo y autóctonas como alcornoques, olivos, granados, etc. En su interior hay dos tipos de jardines, uno húmedo, y otro seco o zen.
La entrada para adulto cuesta 2€ y los niños y jubilados pagan 1€. € ara niños y pensionistas cuesta 1 € cada uno.
El principal edificio religioso de la ciudad es la Iglesia Parroquial de la Encarnación en estilo barroco. Como curiosidad comentar que fue el primer templo construido en este estilo arquitectónico en la provincia de Granada.
Fue diseñada por Juan de Herrera y acabada en el año 1600 sobre restos de una construcción romana. Ha sufrido varias transformaciones desde su construcción.
La Casa Consistorial, por su parte, es el principal edificio civil de la ciudad, emplazada en la Plaza de la Constitución, centro neurálgico de la ciudad. El edificio consta de tres plantas con un friso, un reloj y una campana.
Por último, como curiosidad, no por su antigüedad sino por su significado, acercaros hasta la Puerta de Almuñécar (Paseo Blas Infante), creada en el año 1997. Una especie de puerta del triunfo, en memoria a Blas Infante. Posee tres arcos aludiendo a las tres culturas que han vivido en Almuñécar: la romana, la musulmana y la cristiana.
Playas de Almuñécar.
A lo largo de los 19 km de litoral encontrarás todo tipo de playa, calas o acantilados. Eso si, para los que somos del Levante, el agua en septiembre está algo más fría que en Alicante.
Las dos playas urbanas más extensas son la Playa de la Caletilla y la Playa de San Cristóbal.
En el siguiente enlace os adjuntamos un directorio de playas de la Costa Tropical de Granada.
Entre las playas de Caletilla y San Cristóbal se levanta el Peñón del Santo, un mirador natural al que podemos acceder a pie, a través de una pendiente cruzando zonas ajardinadas.
En el punto más alto encontraremos una gran Cruz que data de 1900 presidiendo una plazoleta. Este encantador lugar fue declarado Monumento Natural en el año 2002 y está compuesto por tres peñones llamados: el del Santo, el de En Medio y el de Afuera.
Cuenta la leyenda que estos peñones fueron fruto de la indecisión de un padre entre dos caballeros rivales para conceder la mano de su hija. Ambos en un acto de desesperación se lanzaron al mar y se convirtieron en rocas.
Nuestro alojamiento.
Nos alojamos en un moderno hotel de 4 estrellas, Hotel Bahía Almuñécar, a escasos 150 metros de la playa. Está bastante céntrico y cuenta con lugares de tapeo en los alrededores. Recordad que en Granada con cada caña os servirán una generosa tapa 🙂
Lo mejor es la piscina y solarium en la azotea del hotel. Puedes reservar habitación desde el blog y obtendrás un descuento.