Almansa es una de las ciudades más prósperas de la provincia de Albacete, capital de la comarca del Corredor de La Mancha, cuenta con unos 25.000 habitantes, lo que la convierte en una ciudad de servicios, que cuenta además con una interesante oferta cultural.
El topónimo deriva del término árabe «al-manṣaf» «la mitad del camino» nombre que hace posiblemente referencia al tramo de la Vía Augusta que partiendo de la zona de Ad Turres (probablemente Fuente la Higuera) se dirigía a Saltigi (Chinchilla de Monte-Aragón) camino de Gades (Cádiz).
Tuvimos la oportunidad de visitar esta bella localidad, gracias a la invitación de «Encuentros con la Fotografía de Almansa» de Foto Club Almansa que organizó una quedada fotográfica para aficionados a la fotografía e instagrammers para dar a conocer los encantos del municipio.
Qué ver en Almansa ciudad.
El primer punto de nuestra visita fue la Iglesia de La Asunción, construida entre los siglos XVI y XIX. En la puerta de la Iglesia aparece inscrita la fecha de 1639.
De su hermosa fachada destacamos, la representación de La Asunción y la impresionante torre de ladrillo macizo. Al lado de la nave principal está la Capilla de la Comunión, de estilo barroco.
De su interior, destacamos su espectacular bóveda de cañón, y las capillas laterales de bóvedas de crucería, estilo gótico. La cabecera de la nave está inspirada en el Palacio de Versalles.
Justo delante del principal templo religioso de la ciudad, se alza una preciosa fuente, muy querida por los almanseños, conocida como la «Fuente de los Patos», aunque bien parecen cisnes. Esta fuente ya aparece reflejada en postales del s.XIX con lo que debe de tener más de cien años de antigüedad.
El siguiente punto a visitar fue el Palacio de los Condes de Cirat o «Casa Grande», construido en el s.XVI por Alfonso de Pina, miembro influyente de la nobleza almanseña. En este edificio se ubica desde 1996 el Ayuntamiento tras su adquisición en el año 1992.
De la portada de la fachada es de destacar la heráldica, apareciendo en el centro el escudo del linaje de los Pina sujetado por dos niños, y a ambos lados dos figuras humanas toscamente talladas en estilo manierista.
Existe además un bonito jardín que cuenta con el Museo Abierto de Escultura Contemporánea, con obras del escultor almanseño de renombre internacional José Luis Sánchez.
A continuación hicimos una parada para acudir a un sabroso almuerzo ofrecido por la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Almansa. Para la ocasión se cocinó ante nosotros la tradicional «gachamiga» a base de ajos y panceta. También degustamos embutidos de la tierra, como la morcilla, y probamos el vino de la región con denominación de origen de Almansa. En cuanto al postre, probamos unos ricos buñuelos caseros, y los típicos pasteles de yema y huevo, toda una delicia para el paldar de los amantes de la repostería.
Una vez recargadas las pilas, nos dirimos al monumento más característico de la ciudad, el Castillo de Almansa declarado Monumento Artístico Nacional en 1921.
Las primeras piedras del castillo las pusieron los almohades, en torno al siglo XIII. Todavía se conservan algunos restos de esta época constituyendo los más primitivos del conjunto y construidos con la técnica tapial.
La fortaleza se alza sobre el Cerro del Águila, adaptando su silueta a las abruptas formas de la roca. Estamos ante una fortaleza fronteriza entre los reinos castellanos de Castilla y Aragón y el reino musulmán de Murcia. En su época árabe perteneció al reino de Murcia.
La conquista cristiana se inició en el s.XIII. En tiempos del infante don Juan Manuel, S.XIV, el castillo pasó a su poder y fue reconstruido sobre las antiguas fortificaciones. Podemos diferenciar la mampostería cristiana del tapial musulmán.
En el s.XV, con la familia Pacheco, segundos Marqueses de Villena se realizaron nuevas reformas que podemos observar en la actualidad. De esta época es la Torre del Homenaje, las barbacanas de acceso y troneras para las armas de fuego.
Subimos al Castillo por una escalinata frente a la Plaza de Santa María (delante del Ayuntamiento).
Podemos dividir el recinto que ocupa el castillo en dos tramos, uno inferior y otro superior, ambos defendidos por torres semicirculares y lienzos almenados.
Terminamos la visita a esta agradable ciudad manchega con un paseo por su casco antiguo donde descubrimos bellos rincones como la Plaza de San Agustín, edificios modernistas, un moderno teatro que no tiene nada que envidiarle a los de otras poblaciones mayores, y unas animadas plazas repletas de terrazas donde tomar desde unas sencillas tapas hasta las especialidades de la zona como el pisto manchengo, el atascaburras o el ajo arriero.
Pantano de Almansa.
El Pantano de Almansa es uno de los parajes más representativos de Almansa, por su riqueza medioambiental y patrimonial. El aprovechamiento y uso del agua, como fuente de riqueza, junto con otros recursos naturales que en su entorno se generan, ha propiciado el asentamiento de comunidades humanas desde la Prehistoria. A principios del siglo XVI se construyó la presa para contener las aguas.
Los amantes del senderismo disponen de dos rutas de fácil recorrido en el paraje natural: la Ruta de la Presa y la Ruta de las Aves y los Montes.