El pasado mes descubrimos un auténtico paraíso natural en la provincia de Jaén. Nos regalaron una de esas cajas Smartbox de experiencias y no podíamos dejar la oportunidad de hacer una pequeña escapada de 3 días, 2 noches con motivo de San Valentín.
Dentro de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, se encuentra el Parque Natural de Cazorla, que con 210.336 has. se convierte en el Espacio Natural Protegido de mayor superficie de España.
Día 1: Arroyo Frío- Cerrada de Utrero-Vadillo Castril.
Nos alojamos en Arroyo Frío, una pedanía de La Iruela, que cuenta con multitud de alojamientos turísticos, en diferentes categorías, hoteles de diferentes categorías, centros de spa, apartamentos, campings. También existe una variada oferta de restaurantes, pubs y supermercados. Tal es el desarrollo urbanístico que esta pequeña cortijada ha obtenido que se la puede considerar como el «Benidorm de Cazorla».
Llegamos al apartamento sobre las 13:00 h de la tarde de un viernes y tras hacer el check-ing y pegar un bocado, cogimos el coche para hacer una primera ruta senderista en la Cerrada de Utrero.

Este enclave natural o garganta atravesada por el río Guadalquivir, tiene un recorrido en forma de herradura con una longitud de unos 1,6 Km que dan la vuelta a la montaña. Sus escarpadas paredes dan un aire muy pintoresco al paraje. Dentro de esta ruta descubrimos la presa de la Central Eléctrica de Utrero y la cascada de Linarejos, conocida también como «Cola de Caballo».


Como curiosidad podemos citar que en el año 1748 esta comarca jienense fue declarada provincia marítima con el objeto de poder utilizar la madera en la construcción de barcos. Una visita imprescindible es la del Centro de Interpretación de la Cultura de la Madera en Vadillo-Castril. Se encuentra en la pequeña población de Vadillo-Castril, pueblo maderero en el cual antiguamente se fabricaban traviesas para las vías del tren y las tablas para forrar los vagones.


De camino al apartamento quisimos hacer una pequeña visita al Museo Etnográfico de Artes y Costumbres Populares de Arroyo Frío. Se trata de un museo muy modesto situado en los bajos de un comercio, pero por un módico precio de 1 € te ayuda a entender como era la vida de las gentes que habitaban estas tierras, sus oficios tradicionales como el pastoreo o el el de leñador, la gastronomía, el folklore popular, las viviendas típicas o cortijos, etc.
Nos llamó la atención, especialmente, el antiguo oficio de resinero. Todavía se pueden observar a lo largo del Parque Natural, ejemplares de pinos resineros que presentan a lo largo de su tronco unas entalladuras por las que descendían a las macetas la resina. Con esta resina se obtenía el aguarrás, utilizado como disolvente; pero también se utilizaba la misma como remedio casero para curar heridas.

Otro de los oficios tradicionales era el de Peguero, personas encargadas de obtener la pez o alquitrán vegetal a partir de la tea del pino. Este alquitrán se obtenía en unos grandes hornos llamados pegueras y se utilizaba para evitar la pudrición de los barcos de madera.

Día 2: Cazorla-La Iruela.
El sábado partimos hacia Cazorla que dista sólo 18 km. de Arroyo Frío pero se tarda unos 35-40 minutos en llegar por la carretera de curvas.
La ciudad de Cazorla, está situada a unos 800 metros de altitud y cuenta con unos 8000 habitantes. Es una ciudad con un casco antiguo muy bonito al que se puede acceder en vehículo pero en el que es difícil encontrar una plaza de aparcamiento. Ni tan siquiera en las afueras encontrábamos sitio, seguramente por ser sábado, día de mucho bullicio en las plazas y en el mercado como pudimos comprobar. Por lo tanto hay que tener un poco de paciencia.
En la Oficina de Turismo, ofrecen diariamente una interesante visita guiada de unos 30 minutos a las Ruinas de Santa María con subida a la Torre y la bóveda del río Cerezuelo. El precio son sólo 2 euritos. Merece la pena, además es la única forma de acceder a dicha bóveda.
La Ruinas de Santa María datan del siglo XVI y fueron construidas en estilo renacentista. En su origen contó con tres naves, un abside en la cabecera y una gran cúpula sobre el crucero. Al estar edificada sobre el río Cerezuelo, se tuvo que construir una gran bóveda canalizada bajo el altar mayor que atravesaba todo el templo.
En 1694 tuvo lugar una gran inundación que destruyó gran parte de la iglesia, destrozando y llevándose por delante retablos y ornamentos.



La Bóveda de medio cañón que cubre el río Cerezuelo se diseñó para construir la Iglesia de Santa María y solventar el problema de incomunicación de las dos márgenes del río Cazorla.




Otro de los monumentos que merece la pena visitar es el Castillo de la Yedra de Cazorla. También es conocido como el «Castillo de las Cuatro Esquinas». La primera fortificación fue árabe y se remonta a los siglos XI y XII, aunque la imagen que del mismo tenemos en la actualidad corresponde más bien con la construcción castellana de los siglos XIII y XIV, durante el pontificado de don Pedro Tenorio.

El castillo conserva elementos de ambas civilizaciones que sucesivamente lo ocuparon y conformaron su perfil y sus defensas. En él se pueden distinguir tres recintos sucesivos: alcázar, recinto y albacara. El alcázar, mandado levantar por los arzobispos toledanos a finales del siglo XIV, coincide con la actual entrada del castillo, y consta de Torre del Homenaje, construida con mampostería y una altura de treinta metros, y un pequeño patio de armas. La parte más antigua del castillo es la muralla que los almohades obraron a base de tapial y cantos.


Actualmente el castillo alberga el Museo de Artes y Costumbres «Alto Guadalquivir», que consta de dos partes muy diferenciadas, Sección de Historia y Sección de Artes y Costumbres.
La sección de Historia del Castillo se ubica en la Torre del Homenaje. En su interior encontramos objetos de gran valor como tapices flamencos, una rueca, armaduras, espadas, ballestas y un cristo románico-bizantino de tamaño natural.


La sección de Artes y Costumbres Populares, por su parte, se instala en un edificio anexo y alberga útiles de labranza, utensilios de cocina, la vida en el cortijo, cerámica popular, etc.

El acceso al recinto es totalmente gratuito para los ciudadanos comunitarios y la visita es comentada. Cierra los lunes.

Empachados de arte e historia nos fuimos en busca de un buen bar de tapas donde saciar nuestro hambre. Existe una gran variada oferta de restaurantes de comida y casera y bares de tapas, siendo las plazas que mayor número de establecimientos concentran, la Plaza de Santa María y la Plaza de La Corredera, junto al Ayuntamiento.
En Cazorla son típicas las gachamigas y la carne de caza. pero nosotros nos decantamos por las tapas, que por cierto, te la ponen con tu cervecita.
Comimos en Bar Las Viñas (Plaza de la Corredera). Recomendamos dos de sus tapas: el rin-ran y «Popeye». También está muy rico el chorizo de ciervo que sirven en plato combinado.


De vuelta al coche, bajamos tan suculenta comida, y nos dirigimos al bonito pueblo de La Iruela, a un kilómetro de Cazorla.
El casco urbano de La Iruela se sitúa a los pies de su castillo. Es un pueblecito pequeño, cuya calle principal es de casas de piedra adornadas con flores en los balcones.
El Castillo Templario de la Iruela, construido en estilo plateresco, aunque de origen almohade sobre cimientos pre-bereberes, se asienta sobre un recinto amurallados. El elemento más destacado es su impresionante Torre del Homenaje, rodeada de muros que se apoyan sobre la roca.

Junto al Castillo, encontramos las ruinas de la antigua Iglesia de Santo Domingo de Silos que datan del siglo XVI en estilo renacentista. En sus inicios, el templo fue construido con tres naves y conserva en la actualidad dos portadas, una lateral y otra a los pies con arcos de medio punto. El monumento fue incendiado el 4 de junio de 1810 por las tropas francesas.


De regreso a nuestro apartamento en Arroyo Frío recogimos algo de leña para calentar la estancia y tomamos algo en la cafetería del Hotel Rural Montaña de Cazorla que regenta los apartamentos en los que nos alojamos, Apartamentos Rurales Campillo.
Si decidís cenar en el apartamento hay gran variedad de comercios donde abastecerse. Una recomendación es comprar carne de cordero segureño que está deliciosa y hacerla en la barbacoa del apartamento. Tampoco puede faltar en vuestras compras una botella de aceite virgen extra o los patés de ciervo o jabalí.



Día 3: Salida. Torre del Vinagre- Cerrada de Elías – Hornos del Segura.
Antes de desayunar, salimos a hacer un pequeño sendero de bajo recorrido a las afueras del casco urbano de Arroyo Frío. Su dificultad es fácil y ofrece unas bellas panorámicas de la sierra siguiendo el curso del río.


Hicimos el check-out sobre las 11:00 h y comenzamos el viaje de regreso a casa. Nuestra siguiente parada fue la el Jardín Botánico y Centro de Interpretación Fluvial Torre del Vinagre. La entrada es totalmente gratuita. Es un centro muy didáctico sobre la geología, flora y fauna del Parque Natural.
Justo enfrente se halla el Jardín Botánico, dedicado a la flora de la Sierra. Al tratarse de época invernal no pudimos ver algunos endemismos de la zona como la violeta. Es de destacar las secuoyas gigantes que se alzan junto a la casa del Centro de Interpretación.



Tras la visita de estos interesantes lugar, cogimos la carretera de enfrente de la Torre del Vinagre, dirección la Piscifactoría-Río Borosa. A unos 1,8 km. se llega a dicha piscifactoría, donde se crían truchas y cangrejos de río. Es en este punto donde se deben aparcar los vehículos para iniciar el sendero del Río Borosa.
A unos 4,2 km. se llega a la Cerrada de Elías, un lugar precioso, con una pasarela de madera adosada a la roca de piedra caliza. Se pueden ver diversas cascadas durante el recorrido que tiene unos 13 km. pero que no pudimos completar por falta de tiempo.

Nuestra siguiente y última parada fue el bonito pueblo de Hornos de Segura. Este pueblecito de 650 habitantes se encuentra enclavado sobre un promontorio de rocas. Sobre el mismo existen varios miradores que ofrecen unas impresionantes vistas sobre el valle.


El Castillo de Hornos de Segura, construido entre los siglos XII al XIV, domina la población desde su atalaya rocosa. En el mismo convergen los restos de lienzos de las antiguas murallas que circundaban la población medieval. En su interior se encuentra el Cosmolarium u observatorio astronómico.


Otro de los monumentos importantes es la Iglesia parroquial de Nª Sª de la Asunción, construcción gótica de la primera mitad del siglo XVI con un bonito retablo .



El pueblecito tiene algunos bares y terrazas y su casco histórico está cerrado al aparcamiento de vehículos.